La reforma del sistema universitario español sigue en marcha. El Consejo de Ministros aprobó ayer dos decretos para adaptar el sistema de titulaciones a la UE, que implicará un cambio en las licenciaturas y diplomaturas tradicionales a partir del año que viene, tanto en su nombre como en su duración.

Las carreras podrán durar entre tres y cuatro años, según el tipo de titulación, y todos los alumnos que las superen obtendrán el mismo título, el de grado. Tras el título de grado, los alumnos podrán cursar el posgrado, que conducirá a lo ahora conocido como máster. El doctorado apenas variará.

FLEXIBILIDAD Las nuevas enseñanzas, que estarán totalmente implantadas en el 2010, se estructuran por el sistema de créditos ECTS (sistema de transferencia de créditos europeos), que facilitará el reconocimiento de estudios y títulos hecho en diversos centros o en varios países.

El MEC explicó que el nuevo diseño permitirá a los estudiantes construir con mayor flexibilidad su propio currículo. "Actualmente, si te faltan dos asignaturas para acabar Derecho, por ejemplo, no tienes ningún título. En los futuros estudios de grado todas las materias cursadas cuentan", explicó un portavoz del departamento que dirige María Jesús San Segundo.

La reorganización, que afectará a casi un millón de estudiantes universitarios, deja también margen a las universidades para que las carreras puedan durar entre tres y cuatro años, por ejemplo tres y medio. El plan que elaboró el Ejecutivo del PP establecía una duración fija de tres y cuatro años.

La reforma no modificará en principio la denominación actual de los estudios ni el esquema de la carrera de Medicina, que se rige por una directiva aparte y seguirá teniendo una duración de seis años.

"Los títulos --manifestó la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega-- serán más transparentes, equiparables y comparables. La reforma permitirá a nuestros estudiantes construir con más ambición y perspectivas su currículo y, por tanto, su futuro".

De la Vega anunció que los presupuestos del 2005 incluyen una partida de 6,6 millones de euros para la adaptación.