"El ladrón de cerebros". Así han bautizado muchas madres suramericanas al basuco , la droga más barata y devastadora para la salud que hay en el mercado. Hoy por hoy, no existe sustancia que genere una adicción más rápida, ni un consumo más compulsivo que este producto elaborado a partir de los deshechos químicos que se producen durante el proceso de elaboración de la cocaína. Tras asolar a la juventud de los barrios suburbiales de Suramérica, el basuco se está abriendo camino en España desde Cataluña, donde empezó a detectarse su consumo en el 2006.

Los consumidores de basuco responden a dos perfiles. El primero, el del toxicómano veterano que ha probado todas las drogas posibles y que, por falta de recursos, acaba consumiendo este estupefaciente. El segundo es el del menor en situación de marginalidad que lo toma porque es, a parte de la cola, la única droga a la que puede acceder. Un policía sentencia: "Cada vez vemos a más jóvenes, sobre todo chicos de origen latinoamericano, fumando esa basura".

SUSTANCIAS TOXICAS La leyenda de que en España el basuco solo lo consumen jóvenes latinos es errónea. "Nosotros hemos atendido a españoles y a chicos magrebís y paquistanís", dice este agente, que alerta sobre una droga "a la que su bajo precio hace muy accesible".

Su otro gran peligro son los gravísimos daños que provoca. "Al ser un deshecho, hace que tenga muy poco principio activo, es decir, muy poca cocaína, y muchas sustancias dañinas como ácido clorhídrico, amoniaco, sales y queroseno", explica el psiquiatra Carlos Roncero. "Además, aunque los efectos son muy potentes, pasan muy rápido, con lo que el consumidor en seguida tiene necesidad de tomar más", añade.