La empresa textil Cotesa, de Terrassa, deberá pagar una indemnización económica, que según UGT podría ser de 45 días por año trabajado, a una trabajadora que fue despedida después de someterse a una operación de cambio de sexo.

Así lo han pactado hoy ante el juez de Terrassa los abogados que representan a la mujer, Carmen Martínez, y a la empresa, que se ha negado a readmitir a la trabajadora en el juicio que se ha celebrado este mediodía en los Juzgados de lo Social de Terrassa.

Carmen Martínez, que empezó a trabajar en el 2004 en la citada empresa textil siendo hombre, asegura que nunca antes tuvo ningún tipo de problemas con la docena de compañeros y compañeras de trabajo.

En agosto del pasado año decidió someterse a una operación de cambio de sexo y, al reincorporarse a su lugar de trabajo, empezaron los comentarios y las vejaciones por parte de los compañeros.

"Nunca antes me habían dicho nada, y de repente tuve que empezar a oír comentarios como "travestí de mierda", que iba pintaba como un payaso, o "maricona", recuerda Carmen Martínez, que asegura que sus jefes también tenían constancia de sus intenciones de someterse a la operación.

Asegura que fue precisamente una mujer, con la que tenía una relación normal en el trabajo, la que empezó a lanzarle insultos y que posteriormente se unieron a ella otros trabajadores, lo que hizo que la mujer transmitiera su malestar a sus superiores.

Martínez ha señalado que sus superiores le hicieron poco caso y que hasta ellos la insultaban a sus espaldas, además de degradarla dado que siendo mozo de almacén le obligaron a llevar a cabo tareas de limpieza de la empresa.

Todas estas circunstancias provocaron que pidiera la baja por depresión y que posteriormente la echaran del trabajo en julio de 2008 alegando que "provocaba un mal ambiente laboral entre los compañeros", según ha explicado Raquel Gil, secretaria de Políticas de Mujer e Igualdad de UGT de Cataluña.

El caso de Carmen Martínez ha culminado con una compensación económica, a pesar de que el objetivo de la mujer era volver a trabajar en la empresa.

"¿Por qué no querría volver a mi puesto de trabajo, si lo hago bien?", ha dicho Martínez ante la posibilidad de ser víctima de un nuevo rechazo entre sus compañeros y la dirección de la empresa.

Desde UGT aseguran que en España no se denuncian lo suficiente este tipo de casos debido al miedo por parte de la persona afectada o por las consecuencias sociales que puede conllevar.