Decenas de niñas han sido secuestradas en China, después de que sus padres rompiesen las leyes de planificación familiar del régimen comunista, para después ser adoptadas por extranjeros, según denunció hoy el diario estatal 'Southern Metropolis News'.

Según este periódico, unas 80 niñas de la provincia de Guizhou, en el sur del país, han sido vendidas por más de 2.000 euros a extranjeros, y los funcionarios locales falsificaron los documentos necesarios para concretar los acuerdos. Al parecer, los bebés fueron sustraídos a familias que no podían pagar las multas que impone el Estado por tener demasiados hijos.

Las niñas fueron llevadas después a orfanatos y vendidas a parejas de Estados Unidos y Europa. Los beneficios de la adopción se repartían entre los orfanatos y los funcionarios locales, explicó el periódico.

El tráfico de niños en el país asiático está muy extendido y el endurecimiento de las normas de adopción para extranjeros establecido en 2006 ha resultado poco efectivo para luchar contra la corrupción local.

Las familias chinas del medio rural pueden tener hasta dos hijos, mientras que a las de zonas urbanas sólo les está permitido tener uno. Si incumplen esa norma, se enfrentan a una multa de unos 2.000 dólares, que en muchos casos supone el sueldo anual de los granjeros chinos.