La prensa belga se mostró ayer profundamente decepcionada por la reacción del primado de la Iglesia católica belga, André Léonard, al informe Adriaenssens, que revela la gravedad de los abusos de menores cometidos durante décadas por miembros del clero. Los partidos políticos, con excepción de los democristianos flamencos (CVD), se mostraron también muy críticos y estudiarán qué estrategia seguir el próximo viernes en el Parlamento.

"La Iglesia rechaza de entonar un mea culpa", destacaba en la portada Le Soir, el principal diario francófono. "La Iglesia decepciona a las víctimas", era el titular que ocupaba la portada del conservador y católico La Libre Belgique . "Una Iglesia sin coraje", titulaba La Dernière Heure .

La exigencia común era saber qué piensa hacer la Iglesia con los al menos 91 religiosos pederastas identificados aún vivos. Estos sacerdotes siguen en activo, "quizá en contacto con otros niños, nuevas presas, y ni siquiera se ven señalados con un dedo acusador", lamentó Le Soir . También fue criticado el intento de la Iglesia de diluir su responsabilidad al insistir en que los abusos se dan "en todos los niveles de la sociedad".

Bajo esta presión, el obispo de Tournai anunció que pedirá a "todos los obispos que elaboren una lista de los sacerdotes acusados y los insten a pedir un proceso canónico" que puede conducir como máximo a su devolución al estado laico. Asimismo, el lunes añadió, "estas historias y el sufrimiento que contienen nos hacen temblar", y subrayó que la prioridad de la Iglesia será dar "una atención personal" a las víctimas.