Los padres de una niña afectada por una encefalopatía estática y con discapacidades severas --no puede caminar, hablar, mantener la cabeza erguida ni tragar-- han decidido detener el crecimiento de su hija mediante un tratamiento radical, con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Ashley, de 9 años, tiene la capacidad mental de un bebé de tres meses.

Los padres de la niña, dos profesionales que viven en Seattle y se mantienen en el anonimato, han hecho público su drama en internet (http://ashleytreatment.spaces

.live.com/blog). Llaman a su hija el ángel de la almohada porque no se mueve de donde la colocan, sobre un cojín.

La niña que nunca crecerá fue intervenida quirúrgicamente hace tres años cuando comenzó a mostrar los primeros síntomas de pubertad: le extirparon el útero y las incipientes mamas para que no le molesten cuando esté tumbada boca abajo. Luego la trataron con altas dosis de estrógenos para frenar su crecimiento en al menos un 40%.

El caso, publicado en una revista médica de EEUU en el 2005, ha generado numerosos debates y controversias. El tratamiento fue aprobado por el comité de ética del hospital de Seattle, pero no se hizo público, por lo que no hubo demandas contra la esterilización de la pequeña. "Dimos el visto bueno porque los padres nos convencieron de que era lo mejor para la niña", dijo el médico Douglas Diekama, integrante del comité.

Los padres argumentan que mantenerla niña es el mejor modo en que tendrá calidad de vida. "Ahora podrá pasear más y participar en actividades familiares y sociales, en lugar de estar en la cama", aseguran.