Las discrepancias entre los cinco miembros del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) obligaron a aplazar hasta el miércoles la decisión sobre la concesión de una prórroga que abriría la puerta a la reapertura de la central nuclear de Garoña. La reunión del órgano regulador empezó a las cinco de la tarde de ayer y finalizó a las nueve sin que se pudiera alcanzar un acuerdo más allá de la solicitud de nuevos informes técnicos en los que basar la decisión.

Los propietarios de la planta, la empresa Nuclenor, han solicitado mantenerla abierta un año más, aunque manteniéndola inactiva. Su objetivo es ganar tiempo para culminar las negociaciones con Industria sobre la fiscalidad de las nucleares.