El soldado Alberto Linero Marchena, que se proclamó como el primer militar gay casado del mundo, no ha sido expulsado del Ejército del Aire "tras dos años de amenazas, abusos y proposiciones dentro del Ejército" como denunció. Fuentes del Ministerio de Defensa explicaron que a este soldado no se le ha renovado el contrato una vez que ha expirado porque las preceptivas evaluaciones sobre su servicio "han sido todas desfavorables". También han anunciado que el Ejército del Aire, al que estaba adscrito este soldado, ha decidido poner en conocimiento de la autoridad judicial civil las denuncias vertidas por Linero y el expediente administrativo que han instruidos las autoridades militares.

Según estas fuentes, este soldado fue requerido a pasar los preceptivos reconocimientos tras acumular más de siete meses de bajas sucesivas, como explicita la normativa vigente.

Tras declararle apto para el servicio, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, los mandos pidieron al soldado que se reincorporase a su puesto, momento en el que, según las fuentes de Defensa, Linero comenzó a expresar quejas por el servicio y a denunciar a compañeros de los que dijo haber recibido proposiciones.

FALTA DE PRUEBAS El expediente informativo instruido por Defensa determinó la inexistencia de prueba alguna de estas denuncias, que fueron desmentidas por los afectados, por lo que será remitido a la autoridad judicial para que determine si existen responsabilidades.

Las mismas fuentes precisaron que no consta la existencia de ninguna denuncia de este soldado en ninguna instancia judicial y que del expediente tramitado sólo se ha constatado un escrito que el soldado presentó el 9 de julio en la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla), donde estaba destinado, en el que no aportaba ninguna prueba sobre sus acusaciones.

El soldado Alberto Linero ha convocado una rueda de prensa mañana en Sevilla para dar a conocer su versión sobre los hechos publicados en el Boletín Oficial de la Defensa.