La vida de Carmen Soria se convirtió en una pesadilla hace dos meses, cuando se separó de su marido, Jesús Pérez Lugo, de 44 años, con quien llevaba casada tres años. Tras amenazarla en numerosas ocasiones, y pese a la orden de alejamiento que constaba desde el pasado junio, el jueves la obligó a acompañarle a un arroyo cercano. Allí, la degolló. Sin embargo, fue sorprendido por la Guardia Civil. Entonces, Jesús se propinó un corte en el cuello y murió, horas más tarde, en el hospital.

El asesinato tuvo lugar el jueves por la tarde en Villamartín (Cádiz), donde residía la pareja. Cansada ya del acoso de su exmarido, Carmen decidió poner a las 14.30 horas una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil por amenazas e insultos. Los agentes salieron en busca del agresor, pero no dieron con él.

Sin embargo, alrededor de las cinco de la tarde, un vecino vio cómo Jesús obligaba a la mujer a introducirse en su vehículo y se alejaban del pueblo. Poco después, un hijo de él alertó al instituto armado de que su padre le había llamado muy nervioso contándole que había matado a Carmen y que se encontraba en el paraje conocido como arroyo Alperdrite, entre las localidades de Villamartín y Bornos.

Tras escuchar el testimonio de unos obreros que oyeron los gritos de la víctima, los agentes se trasladaron al lugar de los hechos. El cuerpo de Carmen --que murió en el acto tras recibir una puñalada en el cuello-- se encontraba a 500 metros del arroyo. A su lado estaba Jesús, que portaba la navaja de grandes dimensiones con la que agredió a su ex. Al verse acorralado, se provocó también un corte en el cuello, por lo que tuvo que ser trasladado al hospital, donde falleció a las siete de la tarde.

PESAR EN EL PUEBLO Los vecinos se mostraron consternados al conocer la noticia. Muchos habían presenciado como, desde su separación, Jesús acosaba a su exmujer. "Le enviaba mensajes al móvil, la perseguía y la esperaba en el coche para hablar con ella", explica una amiga.

La hermana de la víctima, Encarnación, presenció anteriores palizas de Jesús. Ayer, recordó cómo el agresor "decía que la iba a matar y después diría que estaba loco para que no le pasara nada".