¡Cuánto tiempo sin verla y, lo peor, sin oírla! Qué grande es Antonia dell´Atte, la pionera en cantarle las cuarenta al más pintado. La italiana ha llegado a Mallorca tras pasar unos días en Ibiza (en la foto, a bordo del barco en el que viajó). Antonia se ha hecho notar con la aparente pretensión de pasar inadvertida. Gran pamela, gran escote y conversaciones a gritos por el móvil. Cómo ignorar a la más grande, a la maestra de esa escuela de moscas cojoneras en la que han aprendido desde Belén Esteban a Mayte Zaldívar.

Porque a Antonia hay que reconocerle la condición de pionera. ¿Quién antes que ella hizo de unos cuernos un espectáculo nacional? Y, sobre todo, ¿quién lo ha hecho mejor? Vestida por Armani --que ponía glamour a su desgarro sureño--, la italiana llegó a España a principios de los 90 con su caro Dado. Ese Alessandro Lecquio que, siendo bisnieto de Alfonso XIII, optó por convertirse en un charlatán de feria. Pero, lo que son las cosas, a Antonia, criticada por sus formas y arranques, la han acabado por hacer buena esa Belén Esteban que chilla más que la italiana y esa Mayte Zaldívar que no calla ni bajo el agua.

Hasta Alessandro Lecquio ha sido reemplazado como mito erótico por el cubano Dinio, cuyas medidas íntimas superaron a las del italiano. Lo mejor es que en su duelo con Lecquio, dell´Atte se mantiene a flote, mientras que su ex está ahora en el limbo de los famosos, sin saber muy bien a qué atenerse.

LECQUIO CASI NO EXISTE

Ya no importan sus conquistas, ni sus diatribas televisivas. Lecquio casi no existe, pero Antonia dell´Atte sobrevive: el espectáculo es ella misma. No se le conocen novios, aunque los debe de tener, pues tampoco se sabe muy bien de dónde saca para tanto como destaca.

Dell´Atte lleva tres años instalada en Barcelona, en donde, de puertas a dentro, vive austeramente. Una revista de moda fue una vez a su casa de la Gran Vía a hacer un reportaje y se encontró con una vivienda casi vacía. El estilista tuvo que llenar el piso con muebles, ropas y adornos prestados para que no pareciera que Antonia vivía de okupa. De cara a la galería, sin embargo, la italiana se lo sigue montando bien y aún tiene amigos y/o pretendientes que la sacan a pasear y la mantienen activa socialmente.

Hace años, a Antonia le dio por Mallorca para chinchar a Ana Obregón y, de paso, a Lecquio. La italiana aparecía por las regatas de la Copa del Rey utilizando sus fortuitos encuentros con la realeza para mantenerse a flote. Ahora ya no necesita esas estratagemas. Superada por sus alumnas, se ha quedado en gran dama.

A Antonia dell´Atte le viene al pelo aquello de que "otras vendrán que buena te harán".