La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) denunció ayer la muerte de un joven subsahariano tras sufrir una paliza de la policía marroquí en la ciudad de Nador, al norte del país. El camerunés, de 30 años, intentó saltar junto con un grupo de otros 25 inmigrantes la valla de Melilla el pasado lunes, pero la operación fue abortada por las fuerzas del orden marroquís, que embistieron contra los simpapeles "utilizando palos y porras", afirmó Adil Akid, miembro de la organización marroquí.

Adil aseguró que el joven sufrió contusiones en la cabeza y tenía una pierna y un brazo rotos. "Recibió golpes por todas partes y fue enviado a un centro sanitario en Nador. De allí se lo llevaron hasta el monte Gurugú, donde murió", continuó Adil, quien accedió a la morgue donde se hallaba el cadáver. La AMDH ha exigido que se realice una autopsia, pero teme que las autoridades rechacen la apertura de una investigación. "Los inmigrantes no cuentan en este país y se trata del segundo subsahariano muerto a causa de las agresiones de la policía".

INFORME Médicos Sin Fronteras (MSF) en Rabat publicó esta semana un informe en el que denuncia el clima de violencia por parte de las Fuerzas de Seguridad de Marruecos y de España y la extrema precariedad en la que sobreviven miles de inmigrantes, durmiendo en bosques y casas abandonadas durante meses o años. "Las condiciones de vida en este país nos empujan a la valla. Dormimos en el suelo, comemos frutos, lo que conseguimos en la basura o de la voluntad de la gente", declara un inmigrante, Moussa, cuyo testimonio quedó recogido en el informe de MSF.