Un total de 864 personas fueron desalojadas ayer como medida preventiva por el derrumbe de un edificio situado en el número 12 de la calle Calafell, en el barrio del Carmel de Barcelona, a consecuencia de las obras de ampliación de la Línea 5 del Metro. El derrumbe no provocó heridos, ya que el inmueble estaba vacío.

La vivienda --formada por un aparcamiento y una planta-- ya fue desalojada la noche del pasado lunes cuando se detectó un desprendimiento en las obras del túnel que obligó a desalojar a doce familias de la misma calle, un total de 25 personas.

El accidente sucedió sobre las 8.15 horas, cuando la cúpula de un túnel lateral de las obras de la línea 5 se hundió y provocó el derrumbe del suelo del aparcamiento del edificio, causando un socavón de entre 25 y 30 metros de diámetro y de 30 metros de altura. La superficie afectada asciende a 3.000 metros cúbicos.

CINCO MANZANAS El derrumbe obligó a desalojar a 864 personas de 84 edificios, situados en las calles Sigüenza, Bernat Bransi, Llobregós, Conca de Tremp y pasaje Calafell.

Tras el accidente, un total de 80 agentes de la Guardia Urbana, 34 efectivos del Cuerpo Nacional de Policía --que acordonaron cinco manzanas del barrio-- y un equipo de los Mossos d´Esquadra trabajaron desde primera hora de la mañana en todo el perímetro afectado. Además, voluntarios de Cruz Roja ofrecieron alimentos y bebidas calientes a los afectados.

De hecho, las 200 familias desalojadas no podrán regresar a sus viviendas en, al menos, 48 horas, cuando los técnicos hayan estabilizado completamente el terreno y la seguridad esté garantizada. Los vecinos pasarán la noche en hoteles cercanos, que el Ayuntamiento les está facilitando, o en casa de familiares.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, explicó que la decisión de desalojar a un volumen tan elevado de vecinos de seis calles, tras un derrumbe que "no tiene precedentes" en Cataluña, pretende garantizar la seguridad del vecindario.

Sin embargo, ante este desalojo masivo, los vecinos acusaron a la Generalitat y al Ayuntamiento de "imprevisión" y aseguraron que la urgencia con que se llevó a cabo el desalojo provocó situaciones de ansiedad entre algunos de los afectados.

Una de las vecinas desalojadas, Laura Alcamper, aseguró que "hace dos días ya se desalojaron a 12 familias del número 10 del pasaje Calafell", con lo que "esto ya se podría haber previsto". "Hoy hemos tenido que salir corriendo de nuestras casas".

TIENDA DE ROPA La propietaria de una tienda de ropa situada en la calle Conca de Tremp, a poca distancia de donde se produjo el hundimiento, se expresó en el mismo sentido. "En dos días tendrían que haber hecho algo más", señaló. Esta mujer, Maria Teresa Herrera, explicó que tras producirse el derrumbe de los bajos del edifico "se cayó una máquina de la obra de la Línea 5 del Metro dentro del agujero" que, según sus cálculos, tiene "una profundidad de 30 metros".

La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona se han comprometido a garantizar la recuperación de los bienes perdidos por los afectados.