El Mediterráneo sigue cavando tumbas a velocidad de récord este año. Dos naufragios registrados ayer se cobraron la vida de al menos 239 personas que partieron de Libia con la esperanza de alcanzar las lejanas costas italianas. De este modo, la cifra rebasó por primera vez la barrera de los 4.000 muertos en un solo año.

La portavoz en el sur de Europa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Carlotta Sami, aseguró que dos supervivientes que lograron llegar a la isla italiana de Lampedusa les informaron de la tragedia. «Mientras continúan nuevas operaciones de rescate en el Mediterráneo, supervivientes nos hablan de dos nuevos naufragios», indicó Sami a través de su cuenta en la red social Twitter. «Al menos 239 personas están desaparecidas», apuntó.

La portavoz del ACNUR no detalló si se habían recuperado cuerpos o si se habían encontrado más supervivientes. Por regla general, «desaparecidos» suele terminar equivaliendo a «muertos» en este tipo de naufragios en la peligrosa y larga travesía necesaria para conectar la orilla norte de Libia con el sur de Italia. Asimismo, la cifra de fallecidos suele exceder la de las informaciones preliminares.

Por su parte, el portavoz de la oficina de coordinación para el Mediterráneo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Flavio di Giacomo, precisó que los supervivientes «fueron trasladados a Lampedusa», que se produjeron «en torno a 240 víctimas» en los dos naufragios y que «faltan por confirmar las cifras exactas».

Ni el ACNUR ni la OIM habían aportado datos anoche sobre la procedencia de las víctimas, de los supervivientes o de la ubicación aproximada del naufragio, aunque la llamada «ruta del Mediterráneo central» (entre Libia e Italia) suele ser frecuentada principalmente por subsaharianos. El viaje se realiza en sobrecargadas lanchas neumáticas o viejas barcazas de madera sin material de salvamento ni de navegación, ni tripulantes con suficientes conocimientos para afrontar la travesía, lo que a menudo concluye con aparatosos y multitudinarios hundimientos en alta mar.

La Guardia Costera de Italia, una operación europea de salvamento y varias oenegés humanitarias se dedican a rescatar a aquellos que arriesgan sus vidas en el mar en busca una vida mejor en Europa.

El suceso se produce un día después de que los guardacostas italianos informaran de otro accidente en la misma rutas. H