Parecía que iba a ser un verano relativamente tranquilo en cuanto a inmigración ilegal por mar, pero un golpe de agua ha dejado una nueva tragedia en las aguas del archipiélago canario. Al menos 50 subsaharianos podrían haber muerto ahogados en la madrugada de ayer, al sur de la isla de Tenerife, cuando iban a ser rescatados por dos patrulleras de Salvamento Marítimo. Otros 48 lograron ser salvados.

La tragedia --una de las más graves del fenómeno de la inmigración tras la que tuvo lugar en diciembre del 2006, cuando un centenar de personas murieron ahogadas o por inanición durante una travesía frustrada a las islas-- sucedió en torno a las tres de la madrugada, según confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Canarias. Seis horas antes, a eso de las nueve de la noche, un avión del Servicio Aéreo de Rescate avistó a 98 millas de Tenerife un cayuco cargado de personas. Se encontraba a la deriva y en medio de una marejada. Las olas eran de entre tres y cinco metros de altura.

Salvamento Marítimo se puso en marcha al recibir el aviso. Dos patrulleras, Luz del Mar y Conde de Gondomar , se dirigieron a la zona, pero el rescate, según aseguró este organismo, "resultó muy dificultoso".

TRASLADO UNO A UNO A la una, el Luz del Mar se puso de forma transversal para protegerlos de las olas e iniciar el trasvase, uno a uno, de los inmigrantes. Pero cundió el pánico. "Se pusieron todos de pie y la barca volcó", explicó el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, quien añadió que las olas batían el cayuco cada cinco o seis segundos, en una situación que calificó de "desesperada".

"Todos cayeron al mar y algunos miembros de Salvamento Marítimo se arrojaron al agua para intentar salvar a cuantos pudieran --indicó Segura en una improvisada rueda de prensa que tuvo lugar en el puerto de Santa Cruz de Tenerife--. Se lanzaron flotadores y lanchas neumáticas y se pudo rescatar a 48 personas que fueron atendidas a bordo de las patrulleras y que ahora están bien de salud".

Esas 48 vidas salvadas son el único dato oficial que se conocía a la hora de cerrar esta edición. No se sabe la cifra exacta de los que iban a bordo, ni sus países de procedencia, ni de qué puerto partieron, aunque se barajan dos países: Mauritania y Senegal, los únicos en los que se fabrican cayucos con capacidad para más de 100 personas.

Ante una situación, los mandos del Luz del Mar y Conde de Gondomar lanzaron un SOS a todos los barcos que pudieran navegar en la zona. Siete buques mercantes respondieron a la llamada. A estos voluntarios se sumaron un portaviones francés que se encontraba de maniobras, dos lanchas de intervención rápida de Salvamento Marítimo, un avión y un helicóptero de Salvamento Marítimo, y otro avión y helicóptero del Ejército del Aire. A media tarde de ayer, ya solo buscaban cadáveres. Hacia las diez de la noche, habían hallado tres.

DISPOSITIVO A PIE DE PLAYA Mientras tanto, 36 de los supervivientes fueron subidos a bordo del Luz del Mar . Los 12 restantes, a bordo del Conde de Gondomar . En el puerto de Los Cristianos, Cruz Roja montó un dispositivo para atender a los inmigrantes "a pie de playa", con el doble de medios y de personal que en las habituales asistencias a cayucos.

"Sabemos que la situación de los rescatados no es grave, pero no sabemos en qué condiciones psicológicas se encuentran, aparte de que todos cayeron al mar y podría haber algún cuadro de hipotermia", indicó Austin Taylor, jefe del servicio de emergencias de la organización humanitaria. "Nuestro refuerzo se debe a la gravedad de la situación", dijo.

Cruz Roja suele disponer de cuatro camillas para atender a los inmigrantes que llegan en cayuco al puerto de Los Cristianos, pero ayer tenía ocho.

La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, responsabilizó de la tragedia a las mafias que trafican con seres humanos y contra las cuales el Gobierno, dijo, "combate diariamente" con medidas de control de las fronteras y a través de la cooperación con los países de origen de la inmigración clandestina.