Golpe importante a las bandas. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y de la policía local de Ripollet detuvieron el martes por la tarde en Cerdanyola del Vall¨s a 10 presuntos delincuentes --nueve rumanos y un español-- que formaban parte de una organización de atracadores de joyerías, En sus dos últimos golpes, en Ripollet y Castelldefels, los atracadores causaron importantes lesiones a dos personas y obtuvieron un botín de 500.000 euros.

El comisario-jefe de la Brigada de la Policía Judicial, José Cantarero, explicó que la operación, denominada Gorila por la gran corpulencia del líder de la banda, que era el que propinaba las palizas a las víctimas, se precipitó porque los policías que seguían a los sospechosos observaron que estaban preparando otros dos asaltos más.

Los diez detenidos --siete hombres y dos mujeres-- residían en dos pisos de Cerdanyola, donde fueron sorprendidos por los agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GOES). A los detenidos, les encontraron joyas robadas y ropas utilizadas en los robos, pero no armas.

El comisario Cantarero explicó que uno de los detenidos, presunto jefe de la banda y de una enorme corpulencia, se empleó con una inusitada violencia en los dos asaltos, especialmente en el robo en abril a la joyería de Ripollet, donde las cámaras de seguridad grabaron como el ladrón rompió la mandíbula a la propietaria de un puñetazo y le dio patadas cuando estaba en el suelo inconsciente.

El jefe de policía agregó que el mismo atracador fue el que el pasado mes de marzo abordó por la espalda a un representante de joyería en Castelldefels y de un puñetazo lo dejó inconsciente en el suelo. Luego, le robó el maletín con las joyas y huyó en una motocicleta que conducía otro miembro de la banda.

VISITAS PREVIAS Los agentes del grupo de atracos, que seguían desde hacía unos días a algunos miembros de la banda, detectaron que visitaban joyerías y se interesaron por algunas piezas valiosas. Los investigadores dedujeron que estaban aplicando el mismo modus operandi que en sus anteriores golpes; es decir, visitar el establecimiento para comprobar sus medidas de seguridad y dónde estaban las joyas, para acudir al día siguiente a perpetrar el robo.

Por eso, según el comisario Cantarero, los agentes efectuaron la detención de la banda ante la certeza de que iban a cometer, presumiblemente ayer, otros dos asaltos.