Al menos 56 personas murieron ayer y más de 441 resultaron heridas al descarrilar un tren en una curva y empotrarse contra un edificio de la ciudad de Amasagaki, entre Kobe y Osaka, en el suroeste de Japón. Todos los indicios apuntan al exceso de velocidad como la causa más probable del accidente, la peor tragedia ferroviaria en cuatro décadas en un país cuyo transporte colectivo es uno de las más seguros del mundo.

El descarrilamiento se produjo a las 09.18 horas. De haber ocurrido poco antes, el número de víctimas hubiese sido aún mayor, ya que los trenes circulan a primera hora de la mañana atestados de estudiantes universitarios.

COMO UN ACORDEON Cinco de los siete vagones del tren, en los que viajaban 580 personas, volcaron y chocaron con violencia entre sí. Quedaron plegados en forma de acordeón. Los dos vagones de cabeza se empotraron de lado contra la planta baja de un edificio de viviendas. Doce horas después del accidente, los equipos de rescate localizaron entre el montón de chatarra a cuatro personas con vida, a las que se intentaba rescatar.

"El tren debía ir más de 50 kilómetros por hora más rápido que la velocidad permitida", explicó Kazuhiro Nagase, del Instituto de Tecnología de Kanazawa. El límite en la curva donde se produjo el siniestro es de 70 kilómetros por hora. Es un tramo que no está equipado con el sistema de seguridad más moderno, que avisa al maquinista y puede frenar automáticamente en caso de exceso de velocidad.

Los expertos creen que el exceso de de velocidad se produjo por un fallo humano del conductor del tren, un joven de 23 años que sólo tenía 11 meses de experiencia y que ayer noche permanecía desaparecido, quizá apresado entre los hierros retorcidos. Cinco minutos antes de salirse de la vía, el convoy había rebasado en ocho metros su lugar de freno en la estación de Itami, hecho extraordinario en un país donde los trenes se detienen con precisión milimétrica.

El fallo obligó al maquinista a dar marcha atrás, por lo que la salida se retrasó un minuto y medio. "El tren retrocedió hasta la estación a gran velocidad", declaró una testigo a NHK. Se cree que luego trató de ganar el tiempo perdido acelerando el convoy. En junio del año pasado, el mismo conductor ya fue reprendido por pasarse 100 metros del lugar de frenada en una estación.

"Creo que llevará tiempo esclarecer las causas del accidente, pero tomaremos medidas firmes para asegurarnos que no se repitan sucesos similares", dijo el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi.