Observaciones realizadas con el telescopio espacial Kepler han permitido identificar un sistema solar muy parecido al nuestro constituido por una estrella similar al Sol y un total de cinco planetas. Dos de los exoplanetas, además, tienen el tamaño de la Tierra y se encuentran en la llamada zona habitable, lo que significa que están situados a una distancia justa de su estrella, ni muy lejos ni muy cerca, como para poder albergar agua en estado líquido y, potencialmente, ser aptos para la vida.

Aunque el Kepler no ha cesado de obtener éxitos desde que fuera lanzado al espacio en el 2009, con más de 2.000 posibles exoplanetas detectados, los autores del trabajo aseguran que uno de los ahora descubiertos es el más parecido a la Tierra jamás detectado.

Los detalles de la investigación, en la que han participado diversos grupos estadounidenses, se han publicado la revista Science. La lejana estrella se llama Kepler-62, en homenaje al observatorio que ha permitido su descubrimiento, y se encuentra a 1.200 años luz de la Tierra, mientras que los dos exoplanetas de tamaño terráqueo han recibido el nombre técnico de Kepler-62e y Kepler-62f.

"Los únicos planetas pequeños detectados hasta ahora estaban demasiado cerca de sus estrellas como para ser habitables. Estos son los primeros en la zona habitable", resume uno de los autores del hallazgo, Eric Agol, investigador de la Universidad de Washington.

Radio y periodo orbital

Kepler-62e y Kepler62f tienen, respectivamente, un radio 1,61 y 1,41 el de la Tierra y un periodo orbital de 122 y 267 días. Son también los más exteriores de los cinco planetas observados y reciben un flujo solar de la estrella similar al que Venus y Marte reciben del Sol.

Atendiendo a modelos y simulaciones por ordenador, el equipo de William Borucki1, del Centro de Investigación Ames de la NASA, sugiere que ambos planetas pueden ser sólidos, ya sean de roca o de hielo. Además, imágenes de la estrella analizadas por Crepp Justin, de la Universidad de Notre Dame, descartan explicaciones alternativas para los datos obtenidos.

Sin embargo, como subraya un comentario en la misma revista del editor Richard Kerr, la composición, la temperatura superficial y otras características de los atractivos planetas no pueden ser inferidos porque ningún telescopio actual tiene capacidad para ello.