La banquisa boreal, la capa de hielo flotante que cubre el océano Artico, ha sufrido este verano una inesperada recuperación al marcar una extensión mínima de 5,07 millones de kilómetros cuadrados, prácticamente un 50% más que el año anterior, que con 3,41 millones constituyó el récord negativo desde que hace tres décadas empezaron las mediciones sistemáticas con satélites. Zonas en las que ahora hay hielo, aunque sea fragmentado y con poco grosor, eran el año pasado mar abierto.

El instituto de referencia en el análisis de los datos, el Centro de la Nieve y el Hielo de Estados Unidos (NSIDC), atribuye el repunte a la variabilidad natural del clima --fruto de un verano inusualmente frío en el Artico americano, entre otros factores-- y augura futuros deshielos de mayor envergadura porque el hielo superviviente es muy fino. Sin embargo, algunos no opinan igual: los escépticos del cambio climático se han apresurado a recordar que el mismísimo Al Gore pronosticó en el no tan lejano 2007 que en el verano del 2013 no quedaría hielo en el Artico. "Enfriamiento global", tituló recientemente el diario británico Daily Mail . La realidad, sin embargo, es que este septiembre, mes en el que se alcanza el mínimo anual, hay mucho menos hielo que en la media de las últimas tres décadas, como insiste Mark Serreze , director del NSIDC. El problema no se ha esfumado.

DATOS NO OFICIALES Aunque los datos aún no son oficiales, todo indica que el verano ya quedó atrás en las regiones polares, es decir, que el mínimo anual ya ha pasado. La agencia espacial japonesa (JAXA), que lleva un cómputo similar al del NSIDC, también da por hecho que el 2013 será el sexto peor año desde 1981, en competencia con el 2009 y el 2005.

Como destaca el NSIDC, las temperaturas estivales han sido inferiores a la media en vastas zonas, como el norte de Groenlandia y el archipiélago canadiense, debido a una inusual circulación atmosférica que también ha sido la responsable de las recurrentes inundaciones sufridas en EEUU. "El Mackenzie y otros ríos han vertido en el Artico gran cantidad de agua dulce y ello influye en la congelación --ilustra Pedro Elosegui, investigador del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar (ICM) de Barcelona--. El hielo se ha refugiado en el Artico canadiense, pero ahora mismo no lo hay ni en el polo".

Además, no es nada extraño que haya grandes variaciones entre años consecutivos y entre regiones distantes. El investigador, que tiene en marcha diversos experimentos en el Artico, pone como ejemplo dos recientes campañas en el mar de Chukchi: en el 2011 colocaron unos sensores sobre el hielo en la latitud 78, mientras que el año pasado, el del récord, tuvieron que navegar hasta la 83 para poder encontrar un lugar sólido donde colocarlos.

Pasa a la página siguiente