Ancianos encerrados, maniatados y alimentados con sondas gástricas mientras sus supuestos cuidadores se iban apropiando de todo su patrimonio. Así era la «casa de los horrores» que la Guardia Civil ha desmantelado en Cádiz, logrando detener a seis personas por un presunto delito de estafa y blanqueo de 1,8 millones de euros a varios ancianos extranjeros a los que decían atender. La investigación trata de esclarecer ahora la muerte de cinco mayores que fallecieron de forma súbita una vez que los detenidos, con una pareja germano-cubana al frente, se hicieron con todo su dinero. El caso se inició a raíz de una alerta de la Interpol procedente de Alemania. Una ciudadana germana residente en las Islas Canarias les alertó sobre la situación de riesgo de María, una conocida suya de 101 años de edad que, animada por una pareja de cuidadores de una residencia de Tenerife había abandonado el archipiélago en dirección a Cádiz, pero de la que ni ella ni su familia tenían noticias hacía semanas. La anciana fue localizada en una residencia de mayores en Chiclana de la Frontera, pero las alertas saltaron entre los agentes. Su situación económica, unida a un historial médico que apuntaba a un grave estado de salud derivado de la posible negligencia en su cuidado por parte de la pareja que atendía el chalé en el que residía pusieron el foco en este matrimonio. Una pareja germano cubana, explican desde la Guardia Civil, que «haciendo gala de un destacado poder de seducción» engatusó a la anciana, con un llamativo patrimonio y que estaba sola en España. Sin amigos o familia cerca, el matrimonio se ofreció para atenderla, «anulando su voluntad y trasladándola a la península para controlarla mejor». La pareja la había descapitalizado por completo. Así, indican los investigadores, la mujer poseía a finales de verano más de 162.000 euros en sus cuentas, pero desde que en diciembre conoció a sus cuidadores, la cantidad había menguado y apenas sí tenía ahora 300 euros. Además, éstos habían tramitado la venta de su vivienda de Tenerife, quedándose con el dinero. La sospechosa muerte de la mujer precipitó la operación policial.