La Guardia Civil ha detenido a tres personas y ha desmantelado un taller clandestino en Llinars del Vallès donde se fabricaban bolígrafos pistola capaces de disparar proyectiles del calibre 22 milímetros.Según ha informado la Guardia Civil, en la operación, denominada Tinta, se han intervenido 345 bolígrafos pistola, tres revólveres, dos pistolas automáticas, abundante munición y piezas y útiles para fabricar otros 400 bolígrafos-pistola.Los responsables de la Guardia Civil han explicado en rueda de prensa que se trata de la primera vez en España que se descubre un taller clandestino dedicado a la fabricación de armas de fuego prohibidas.Los tres detenidos son J.M.G., de 48 años y vecino de Llinars del Vallèt, en cuyo chalet estaba instalado el taller, M.F.I., de 35 años y vecino de La Garriga (Barcelona) y una tercera persona, una mujer, de cuya indentidad no se ha informado y que ha sido puesta en libertad pero que deberá comparecer en el juzgado para declarar.La operación se inició en 1999La operación se inició en 1999 cuando la Guardia Civil se incautó de casi 600 bolígrafos-pistola del calibre 22 mm e intentó averiguar su procedencia. Dos años más tarde, se incautaron de otros 100 bolígrafos-pistola, al parecer procedentes del mismo fabricante."Estos hechos ponían en evidencia un incremento del tráfico de este tipo de armas de fuego, sin precedentes ni en Cataluña ni en el resto de España", ha explicado un portavoz de la Guardia Civil.Finalmente, las investigaciones condujeron hasta un taller clandestino habilitado en el garaje del chalet de Llinars del Vallès donde residía uno de los detenidos.Además de los bolígrafos-pistola ya montados y listos para su venta, la Guardia Civil se ha incautado de 404 tubos carcasa, 36 cañones de color acero inoxidable, 134 muelles, 243 tapones de la carcasa, una taladradora fresadora utilizada para la manipulación de las piezas, una mola de dos cabezas, tornos, 4 tambores de revólver y más de 2.200 cartuchos de distintos calibres.Se vendían a unos 300 euros la unidadEl fabricante de los bolígrafos-pistola, que los vendía a unos 300 euros la unidad, encargaba a otros talleres la fabricación de muelles y tubos sin que éstos conocieran su destino.Utilizaba piezas de otros bolígrafos, como los enganches, para acoplarlos a las pistolitas y los niquelaba de forma que quedaban como un bolífgrafo lujoso.Coleccionistas aficionados a las armas y círculos relacionadas con ellos han sido sus principales destinatarios, entre los que también hay algún empresario.Escasa punteríaFuentes de la investigación han explicado que estos bolígrafos pistola, aunque son capaces de matar, no suelen ser utilizados con este fin ni para cometer delitos puesto que su puntería es escasa dado que el cañón es apenas de tres o cuatro centímetros.Los tres detenidos están acusados de los delitos de fabricación, tenencia y tráfico de armas.