Falsos médicos ejerciendo en falsas clínicas. Así actuaban los seis ciudadanos de nacionalidad china detenidos por la policía en Madrid. De momento, han desmantelado cuatro consultas, aunque sospechan que puede haber más.

Los arrrestados, con edades comprendidas entre los 34 y los 64 años, están acusados de un delito de intrusismo. Todos ellos atendían a compatriotas a los que trataban en diversas especialidades, desde la medicina general hasta la pediatría, la ginecología y la otorrinolaringología.

Los pacientes, según fuentes de la policía, corrían "un riesgo real de contagio de enfermedades como el sida y la hepatitis". A la falta de asepsia se unía, además, el tratamiento de los residuos sanitarios como basura doméstica. Algunas clínicas anunciaban la posibilidad de practicar abortos en fase embrionaria.

La operación comenzó en el 2005, cuando la policía se percató de que numerosos chinos acudían a una docena de consultas compatriotas, que también les facilitaban fármacos fabricados en su país. Los agentes de la brigada de extranjería se pusieron en contacto con la consejería de Sanidad y con el ministerio y el colegio de médicos para comprobar si las clínicas tenían los papeles en regla.

Los agentes concluyeron que, de todos los investigados, seis carecían de autorización para ejercer cualquier actividad sanitaria. Asimismo, cuatro de los centros --situados en pisos al sur de Madrid-- eran ilegales. Los arrestados tenían permiso para residir en España, aunque no tenían títulos. Uno poseía un certificado de "naturista" y otro, un papel en el que decía que había aprendido "desde niño, con su padre".