El hambre es una plaga para la infancia en los países en vías de desarrollo, donde uno de cada cuatro niños menores de 5 años no come lo suficiente y tiene un peso por debajo de lo normal. En el mundo, unos 146 millones pequeños sufren desnutrición. La alimentación deficiente contribuye a la muerte de 5,6 millones de menores cada año, según denunció ayer Unicef, la agencia de la ONU que se ocupa de la infancia.

Desde el año 1990 se ha reducido la tasa de malnutrición en la infancia en cinco puntos, aunque de forma claramente insuficiente. Entonces se situaba en el 32% en los países en desarrollo, mientras que ahora se sitúa en el 27%. El objetivo es reducirla aún más, para dejarla en un 16% en el 2015, como marcaron los objetivos de desarrollo del milenio fijados por la ONU en 1990.

En muchas zonas de la Tierra "los niños viven en un constante estado de riesgo y emergencia", subrayó la directora ejecutiva de Unicef, Ann Veneman. Pero lo peor, "lo que más debería avergonzar a las naciones ricas", dijo, es que el problema "se podría solventar si aplicásemos las lecciones que hemos aprendido en los últimos 15 años".

INVISIBLES Según Unicef, el problema no se ve en toda su complejidad. "Por cada niño visiblemente desnutrido hay varios más que padecen el mismo problema sin que se note", explicó Veneman al presentar ayer el Informe sobre la Nutrición. Sus conclusiones "son poco alentadoras --subrayó--, ya que la malnutrición sigue contribuyendo a un 53% de todas las muertes de niños pequeños".

Hoy por hoy la situación continúa siendo desesperada para los niños de cuatro países, empezando por India, donde se detectan 57 millones de pequeños hambrientos. También Bangladesh, Paquistán y China arrastran un problema similar, pero este último país ha logrado reducir significativamente el número de niños malnutridos en los

últimos 15 años; han pasado de un 19% a un 8% de la infancia.

Hay naciones donde la malnutrición de la infancia se agudiza además por la incidencia del sida y de guerras. Es el caso de Irak, Yemen y algunas zonas de Africa, explica la portavoz de Unicef. En este continente, Nigeria, Etiopía y la República del Congo son las naciones donde viven más niños malnutridos, y otro tanto sucede con Indonesia, Filipinas y Vietnam.

MEDIDAS DE CHOQUE Para paliar este agudo problema que afecta al futuro de esos países, Unicef recomienda mejorar la dieta de las embarazadas para que los nacidos tengan mayor peso, promocionar la alimentación materna a los bebés durante los primeros seis meses y procurar que los recién nacidos reciban dosis adecuadas de yodo, hierro, vitamina A y otros elementos nutritivos esenciales. Con estas medidas se lograría que su desarrollo cerebral no esté en peligro por la malnutrición.