Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un entramado presuntamente dedicado a la comercialización ilegal de canales de televisión de pago y vídeos a bajo precio que daba servicio a alrededor de 20.000 clientes y que habría obtenido un beneficio de un millón de euros.

Cuatro de los 12 detenidos se encargaban de la obtención de la señal televisiva y su posterior difusión ilegal a un precio inferior al del mercado. Asimismo, captaban a los clientes, facilitaban y gestionaban sus accesos y realizaban los cobros.

Como resultado de la operación se han cerrado siete páginas web y dos perfiles en redes sociales donde se anunciaban los servicios ilícitos. Además se han intervenido 86 decodificadores de señal de televisión, 15 discos duros, 10 ordenadores, 17 teléfonos móviles, un vehículo de alta gama, dos servidores NAS y 22.919 euros en efectivo.

A TRAVÉS DE LAS REDES SOCIALES

Fruto del patrullaje activo en redes sociales por parte de la Unidad Central de Ciberdelincuencia, en el año 2017 se detectó una página de Facebook que en ese momento contaba con más de 1.700 seguidores y en la se ofertaba el acceso a canales de televisión de pago y vídeos bajo demanda de manera ilícita.

La actividad desarrollada por el grupo consistía en la obtención legal de la señal emitida por parte de las principales plataformas de televisión de pago, para posteriormente subir fraudulentamente dicha señal a servidores en el extranjero de diferentes compañías.

A su vez desarrollaban una actividad paralela destinada a dar publicidad a sus servicios, difundiendo sus ofertas y captando clientes, a los que facilitaban el acceso a los contenidos alojados en los servidores a un precio muy inferior al de mercado, empleando para ello software destinado al alojamiento de listados de canales y guías de acceso a los mismos.

DIVIDIDOS EN DOS NIVELES

Los 12 detenidos estaban divididos en dos niveles. Un primer escalón formado por cuatro personas encargadas de la obtención de la señal televisiva y su posterior difusión ilegal, dar publicidad al servicio que prestaban, captar clientes, facilitar y gestionar sus accesos, así como cobrarles, principalmente a través de plataformas digitales de pago.

Un segundo nivel estaría formado por ocho miembros denominados “resellers” o revendedores, cuya principal actividad consistía en adquirir los servicios integrantes del primer nivel a un coste reducido -derivado del elevado volumen de compra- para posteriormente comercializarlos entre sus clientes.