Un hombre de 53 años fue detenido ayer por la Policía alemana como sospechoso de haber envenenado tarros de comida para bebés y de haber amenazado con contaminar más productos en distintos supermercados si no recibía millones de euros.

En rueda de prensa conjunta, responsables de la Policía de Constanza y de la Fiscalía de Ravensburg (suroeste del país) confirmaron ayer que las sospechas sobre el hombre, arrestado ayer, se han reforzado con análisis de ADN y de pruebas recogidas en su domicilio.

En la casa del detenido, un alemán que presentó en el pasado problemas psicológicos y al que calificaron de «solitario» y «excéntrico», se hallaron restos de etilenglicol, el compuesto químico incoloro y ligeramente dulce que se utilizó para contaminar los tarros de comida infantil. Se llegó al hombre gracias a las pistas facilitadas por los ciudadanos, después de que las autoridades hicieran público el pasado jueves el chantaje a los supermercados y difundieran la imagen que habían captado del sospechoso las cámaras de seguridad de una tienda.

Tras activarse la alerta, alrededor de 2.000 personas se pusieron en contacto con la policía, que había advertido de la gravedad del caso y había señalado que se tomaba la amenaza «muy en serio».

La policía analizó alrededor de 300 pistas y acabó deteniendo al sospechoso a primer hora de la tarde local de ayer, cerca de la ciudad de Tubinga (suroeste del país).

El hombre guarda silencio ante los investigadores y la Fiscalía ha solicitado para él una orden de prisión provisional bajo la acusación de intento de extorsión, a la espera de comprobar si debe ser también inculpado de intento de asesinato. De uno de los tarros incautados se pudo conseguir una muestra de ADN que relaciona al detenido con los hechos.