El director general de la empresa fabricante de aluminio MAL, Zoltán Bakonyi, fue arrestado por 72 horas como sospechoso de haber puesto en peligro la salud pública y de haber causado daños al medioambiente; además, la firma quedará bajo control estatal. Es la contundente reacción del Gobierno húngaro ante la compañía causante del vertido tóxico que se ha cobrado ya ocho vidas, anunciada ayer por el primer ministro, el conservador Viktor Orbán. Zoltán Bakonyi es hijo de Arpad Bakonyi, el principal accionista de MAL y uno de los hombres más ricos de Hungría.

En el Parlamento, el jefe del Ejecutivo también informó de que se creará el cargo de comisario de defensa para catástrofes, que será el responsable de "supervisar, dirigir y gestionar" la firma MAL. "La empresa que causó la catástrofe del barro rojo debe ser dirigida por el Estado", dijo el mandatario. "No podemos seguir viviendo con peligros secretos", añadió.

Orbán dijo que Hungría no puede permitirse perder miles de empleos en la zona afectada, por lo que MAL --suspendida tras la catástrofe-- volverá a la actividad en cuanto sea posible. Los responsables del vertido serán castigados en un proceso "severo y justo", subrayó Orbán.

REACCION SINDICAL Ferenc Pad, dirigente sindical de la planta, cuestionó la legalidad de la intervención de la empresa por parte del Estado ("es casi una nacionalización") y aseguró que no hubo negligencia de los empleados en la supervisión de la balsa de residuos. Las autoridades garantizaron ayer que el dique para contener el derrame provocado por el previsto derrumbe total de la balsa número 10 estará terminado hoy.