A muy pocos vecinos de Gurb (Osona) les sorprendió ayer la detención de un habitante del pueblo por almacenar explosivos en el garaje de su casa. Eso sí, todos sospechaban, incluido el alcalde, que el hombre, Antonio D. M., de 50 años, debía guardar uno o dos cartuchos de goma-2, y no los 750 kilos que le ha intervenido la Guardia Civil. Este artificiero civil se dedicó, en los últimos 13 años, a guardar los explosivos sobrantes de las obras en las que participaba.

Los agentes encontraron, además de la goma-2, nada más que 5.312 detonadores eléctricos y 500 metros de mecha lenta. Es más, en el momento de su detención, el martes, el hombre transportaba en el maletero de su vehículo 33 cartuchos de goma-2 y algún detonador.

Las investigaciones de la Guardia Civil --que desde los atentados del 11-M realizan un exhaustivo control de las actividades relacionadas con explosivos para evitar fugas como la que propició el atentado de Madrid-- se iniciaron tras recibir una denuncia en el sentido de que un artificiero podría estar haciendo un acopio ilegal de explosivos.

Anoche, permanecía ingresado en los calabozos.