La detención a última hora del jueves en Bilbao del presidente de Anesvad, José Luis Gamarra, por presunta apropiación indebida de fondos, solo ha sorprendido a quienes no le conocían. Bilbaíno de 60 años y cónsul de la República de Filipinas, ha estado al frente de esta organización desde los años 80.

Ya entonces se cuestionó la transparencia de sus actividades, por lo que nunca ha formado parte de la coordinadora de oenegés de Euskadi.

Estas pidieron ayer a los ciudadanos que no desconfíen del trabajo de estas organizaciones por hechos que son "excepcionales". Otras entidades del resto de España se desmarcaron inmediatamente de la actuación del presidente de Anesvad.

Gamarra permanecía anoche en dependencias de la Ertzaintza donde fue conducido tras un minucioso registro, de más de 12 horas, de la sede de Anesvad. La policía se incautó de numerosa documentación y ordenadores.

EL CENTRO DE BILBAO Nadie atendió ayer el teléfono en las oficinas de la entidad, creada en 1968 por el jesuita Javier Olazabal.

Los trabajadores difundieron una nota en la que dijeron no responsabilizarse de la actuación de su presidente y expresaron su deseo de continuar el trabajo de cooperación. Asimismo, afirmaron que la entidad estaba "colaborando activamente con la justicia". La nota detalla que "hasta que se resuelva judicialmente" la cuestión, el patronato de la oenegé ha decidido crear una junta rectora de una manera provisional.

Este patronato actúa como órgano rector y como censor de las cuentas de la organización no gubernamental y está formado por personas ligadas a la organización desde hace años.

La investigación se habría iniciado a partir de la denuncia de un empleado de la oenegé.

Anesvad maneja un presupuesto anual de 35 millones de euros y dice contar con unos 160.000 socios. Formalmente, se dedica a impulsar proyectos de asistencia sanitaria en la lucha contra la lepra y el sida en los países pobres. Además, desarrolla programas contra la explotación sexual infantil.

EL CODIGO ETICO Pilar Orenes, directora de Intermón-Oxfam en Madrid abogó ayer porque haya "máxima transparencia con los fondos públicos que se otorgan para la cooperación". Anesvad salió de la coordinadora por discrepancias en la aplicación del código ético.

El director de Cáritas diocesana de Barcelona, Jordi Roglá, afirmó que su organización "vive con preocupación" este tipo de hechos por cuanto puede afectar "negativamente la credibilidad de una entidad que trabaja en sectores pobres y muy vulnerables ".

Cáritas deseó que las personas a quienes se dirigen los programas socio-sanitarios de Anesvad "no salgan perjudicadas" por una acción "que seguro que es un hecho aislado".