Agentes de la Policía Nacional han detenido en Burgos a un hombre de 45 años como presunto autor de la violación a una joven con la que contactó bajo el pretexto de una falsa oferta de trabajo y posteriormente ha ingresado en prisión por orden del juzgado de guardia. La víctima fue agredida sexualmente en el interior de un spa donde ella pensaba que iba a trabajar como recepcionista.

El pasado mes de abril, la Policía Nacional tuvo conocimiento de la existencia de un hombre que utilizaba foros y conocidas páginas de búsqueda de empleo para publicar anuncios de falsas ofertas de trabajo para camareras, recepcionistas o masajistas. Casi todos estos anuncios contenían un componente erótico y ofrecían un sueldo elevado.

Cuando las candidatas llamaban para interesarse por el puesto, una supuesta secretaria, que resultó ser el propio detenido, les solicita por WhatsApp fotografías de ellas mismas desnudas o con la menor ropa posible. Posteriormente concertaban una cita con el supuesto jefe para que pudieran conocerse y para que él viera cómo se desenvolvían en el campo de trabajo que solicitaban.

En esa entrevista, el detenido, prevaliéndose de la superioridad que le otorga ser el supuesto jefe que decide si contrata a las candidatas, y aprovechando la ignorancia y la juventud de las víctimas, intentaba obtener favores sexuales de ellas, tratando de llevar a cabo tocamientos y actos sexuales contra su voluntad. También lo hacía de forma sorpresiva si no accedían a sus pretensiones, llegando incluso a hacer uso de la fuerza y la intimidación si era necesario.

En el transcurso de la investigación, y debido al eco mediático que provocó este asunto, una joven se puso en contacto con la Policía Nacional para denunciar una agresión sexual que sufrió hacía unos cuatro años y cuyo agresor resultaría ser el investigado, quien habría utilizado el mismo método.

La denunciante manifestó en su declaración que vio un anuncio en una página web donde se ofrecía un puesto de recepcionista. Cuando trató de obtener más información acerca del puesto, una supuesta empleada contactó con ella y le indicó que el trabajo consistía en la recepción de clientes en un spa erótico y que, además, podía realizar si quería algunos masajes eróticos a ciertos clientes sin que estos pudieran tocarla. Por este servicio cobraría unos 2.000 euros. También le indicó que, si le interesaba el puesto, debería organizar una cita con el jefe para que la conociera y determinara si era apta para el desempeño del trabajo. La víctima explicó que se sometió a la agresión por miedo a sufrir algo peor. Desde ese momento, los investigadores han intentado localizar a más víctimas, aunque la mayoría de ellas no ha interpuesto denuncia por vergüenza, por miedo o por sentimiento de culpabilidad.