La policía detuvo ayer a los tres principales oficiales del barco Wisteria, amarrado en el puerto coruñés de Ribeira, acusados de arrojar al mar a cuatro polizones subsaharianos. El capitán del pesquero, el primer oficial y el jefe de máquinas, todos ellos de nacionalidad coreana, están en manos de la policía después de que, nada más atracar el pasado jueves, uno de los tripulantes de la embarcación presentase una denuncia por los hechos ocurrido a bordo.

Al menos dos de los marineros interrogados corroboraron la versión del tripulante que denunció los hechos. Otros de sus compañeros interrogados declararon no saber nada del asunto. Muchos de ellos temían hablar pues las condiciones a bordo son duras, hasta el punto de que el Wisteria ya fue denunciado hace algún tiempo por varios hombres que acusaban a su capitán de darles de beber agua de mar durante un viaje por Panamá.

EN UNA PEQUEÑA BALSA Según los testimonios, los marineros descubrieron a los polizones en una bodega, los subieron a cubierta y el capitán ordenó lanzarlos al mar y poner a su disposición una balsa que usaban para limpiar el costado de la nave y que tenía capacidad para una sola persona. Fueron abandonados a cuatro días de navegación de Ribeira. El puerto que les quedaba más cerca era Noadhibou (Mauritania), pero los expertos aseguran que sólo podrían haber sobrevivido si les hubiera recogido algún barco.

A la vista de lo recopilado en los interrogatorios, la policía española se ha puesto en contacto con las autoridades de Salvamento Marítimo de Canarias para montar un dispositivo de búsqueda de los cuerpos de los polizones.

Los cuatro subsaharianos podrían haber embarcado clandestinamente mientras el barco estaba amarrado en el puerto de Dakar (Senegal). En esa ciudad, el Wisteria, un pesquero congelador de 155 metros de eslora y bandera de conveniencia panameña, hizo escala para recoger la pesca de otros atuneros de Senegal con la intención de transportar sus 3.900 kilos de atún al puerto coruñés de Ribeira, que recibe unas 100.000 toneladas de ese pescado al año para abastecer a las conserveras de la zona.

Fue precisamente el mismo día que amarró el barco en Galicia, el jueves pasado, cuando se produjo la denuncia.