La Policía Nacional y la Agencia Tributaria han abortado el intento de una banda de narcotraficantes de abrir una nueva vía de entrada de cocaína en España a través del puerto de Málaga, eludiendo así la intensa vigilancia a la que están sometidos otros puertos considerados tradicionalmente vía de llegada de estupefacientes. La operación policial se ha saldado con seis registros, la incautación de los ocho kilos de droga enviados como prueba y la detención de ocho personas, entre ellas cinco trabajadores de las instalaciones portuarias con acceso directo a los contenedores que se habían mostrado dispuestos a colaborar a cambio de una contraprestación económica.

La operación, bautizada como Aladín, comenzó el pasado mes de julio, cuando se detectó un alijo de coca en el interior de un contenedor que estaba en el puerto de Valencia esperando para ser trasladado a Málaga. Según fuentes policiales, era una prueba que la organización trataba de introducir en nuestro país mediante el método del gancho ciego, una fórmula consistente en que una vez revisados los contenedores de mercancías por los funcionarios de Aduanas, los empleados cómplices vuelven a abrirlos para introducir la droga y colocarle precintos prácticamente idénticos a los anteriores.

Los agentes habían identificado una partida sospechosa de 12 contenedores que tenían su origen en el puerto brasileño de Santos. El precinto de uno de los envíos no coincidía con el que figuraba en el conocimiento de embarque procedente del Puerto de Salvador (Brasil). Tras su apertura se observó una bolsa de rafia en cuyo interior había ocho paquetes, envueltos en cinta adhesiva, que ocultaban un total de ocho kilos de cocaína. Una vez intervenida la droga, se siguió la pista de los contenedores hasta Málaga, donde el resto de miembros de la organización intentó sin éxito extraer el alijo antes de su arresto.

ELUDIR LA VIGILANCIA DE OTROS PUERTOS

Las pesquisas de los agentes han permitido conocer que la organización estaba intentando abrir una nueva vía de entrada de cocaína en nuestro país, ante la presión policial que se lleva a cabo en puntos tradicionales de llegada de droga como el puerto de Algeciras o el de Valencia. Para ello, habían contactado desde finales de 2018 con trabajadores del puerto de Málaga, algunos de ellos muy "significados", que se habían mostrado dispuestos a colaborar. Algunos de estos trabajadores serían estibadores, con acceso directo a los contenedores.

En este sentido, las fuentes policiales señalan que la organización estaba perfectamente estructurada para llevar a cabo todas las tareas necesarias. Así, se localizó al encargado de proporcionar y dar salida, a través de sus asociados en Brasil, a la cocaína que sería introducida en el contenedor con destino a España. También se pudo identificar a una persona que actuaba de enlace con el resto de investigados y a su persona de confianza. Uno de los trabajadores del puerto malagueño, ahora detenido, desempeñaba un papel relevante por cuando era quien presuntamente facilitaba la infraestructura necesaria en dicha instalación para llevar a cabo la extracción de la droga del contenedor contaminado. Finalmente se pudo identificar también a varios trabajadores que gracias a las labores que realizaban podían moverse con libertad por todo el recinto portuario, incluida la zona donde se ubican y disponen los contenedores. La Policía ha destacado las extremas medidas de seguridad empleadas por algunos investigados para proteger su actividad e incluso sus comunicaciones, que estaban encriptadas.

PLANTACIÓN DE MARIHUANA

La investigación determinó que uno de los implicados se dedicaba también al cultivo de marihuana para su posterior venta y distribución, y que incluso había instalado una plantación en una zona rural cercana a la localidad de Cártama (Málaga). La droga era enviada a Europa, vía Francia, en un camión con matrícula alemana y camuflada entre varios enseres. Para evitar perjudicar la investigación sobre el tráfico de cocaína, los agentes españoles contactaron con la Gendarmería francesa para que fueran ellos quienes interceptaran el vehículo, en cuyo interior se localizaron 37 kilos de droga.