Francisco Javier Martínez Sanmillán, alias El Franky y uno de los narcotraficantes más buscados y escurridizos de España, vivía rodeado de lujo en un chalé de Pedreguer, donde se hacía pasar por piloto de aviones, informaron ayer a Efe fuentes de la investigación.

Huido de la Justicia en 1992, cuando fue condenado a 17 años de prisión por su implicación en la Operación Nécora , la policía logró capturarlo el martes, pero su aspecto había cambiado desde entonces e incluso se había sometido a una intervención quirúrgica para alterar sus huellas dactilares.

La mansión donde residía se está en una finca de 12.000 metros cuadrados de la partida La Torre, de Pedreguer, en una zona de huertos, en Dénia, que había transformado en un lujoso chalé donde se acababa de hacer construir un búnker. Incluye una gran piscina y tiene excelentes vistas de Dénia.

Sin embargo, ninguno de sus vecinos, que sí advirtieron las "importantes obras" hechas en la casa, sospechaba que se ocultaba uno de los miembros más destacados de los clanes gallegos dedicados al narcotráfico.

Sobre él pesaban dos órdenes de detención e ingreso en prisión dictadas por la Audiencia Nacional por presuntos delitos contra la salud pública. Está implicado en las operaciones Nécora y Temple , consideradas como las más importantes contra el tráfico de drogas realizadas por la policía en España.

En el momento de su detención, cerca de su domicilio, presentó a los agentes documentación falsa y se negó a que le tomaran las huellas dactilares, según la policía, que más tarde pudo comprobar que no coincidían con las que existían en los archivos por las detenciones porque había cambiado las de algunos dedos.