Los quioscos italianos amanecieron ayer casi sin diarios y las televisiones y radios no emitieron ningún informativo a causa de una huelga de periodistas en protesta por la denominada ley mordaza, con la que el Gobierno de Silvio Berlusconi intenta impedir las filtraciones de investigaciones judiciales y limitar las escuchas telefónicas. Solo se publicaron tres periódicos de la derecha, uno de ellos propiedad de la familia Berlusconi, y otros dos diarios de élites intelectuales.

La huelga es la protesta final después de dos meses de batalla parlamentaria, callejera y mediática contra la ley, que castiga a los periodistas que publiquen conversaciones pinchadas por orden judicial, o incluso resúmenes, con dos meses de prisión, y a los editores, con multas de hasta medio millón. Además, prevé que las investigaciones judiciales sobre mafias y crimen en general queden limitadas a 75 días, prorrogables de tres en tres con autorización expresa cada vez de un tribunal. Magistrados y sindicatos de policía han celebrado también huelgas y protestas, y la pasada semana la asociación europea de editores de diarios manifestó su apoyo a los colegas italianos.