Un intérprete del Ejército británico que trabajó en 2006 para el jefe militar del Reino Unido en Afganistán fue hoy condenado a diez años de cárcel, después de que un jurado le declarara hace varias semanas culpable de espiar para Irán.

El cabo Daniel James, un británico de 45 años nacido en Irán, fue detenido en diciembre de 2006, año en el que trabajó a las órdenes del general David Richards, quien ejercía entonces de comandante del contingente británico de las fuerzas de la OTAN en Afganistán.

Según las pruebas presentadas por la acusación durante el juicio, que empezó el pasado octubre, James envió a finales del 2006 mensajes codificados al agregado militar iraní en Kabul para decirle: "Estoy a vuestro servicio".

A finales de 2006, la lealtad del acusado -con fama de fantasioso y extravagante- flaqueó y su lealtad giró hacia Irán, su país de nacimiento", afirmó durante el proceso el abogado de la Fiscalía, Mark Dennis. "Él -llegó a afirmar el letrado- dio la espalda a los que servían en Afganistán y buscó transformarse en un agente para una potencia extranjera".

En una vista celebrada hoy en el tribunal penal londinense de Old Bailey, el juez David Roderick Evans dijo en su sentencia: "La parte más grave de su delito, y lo que hace único este caso, es que usted (James) realizó esa actividad cuando servía en una zona de guerra".

De acuerdo con agentes de los servicios de inteligencia británicos, la traición de James podría haber costado la vida a soldados británico e, incluso, haber puesto en peligro la seguridad del Reino Unido.

No obstante, el magistrado puntualizó que el cabo era un "objetivo maduro" para los iraníes por su nacionalidad, su desencanto con el Ejército británico y su personalidad "narcisista".

El condenado, que niega haber espiado para Irán, reaccionó sin emoción visible ante la sentencia, y se limitó a inclinar su cabeza como pleitesía ante el juez al ser retirado de la sala del tribunal.

El pasado día 5, un jurado declaró al soldado culpable de facilitar información al enemigo, si bien no alcanzó un acuerdo sobre dos cargos más: recopilación de documentos útiles para el enemigo y conducta negligente en el ejercicio de un empleo público.

Las partes litigantes, empero, decidieron hoy que no se celebrará otro juicio para dirimir esos dos cargos. James estaba acusado de transgredir la sección 1 de la Ley de Secretos Oficiales, que prohíbe pasar información susceptible de ser utilizada por el "enemigo".

En el momento de su arresto, el cabo, que formaba parte del Ejército Territorial (de reserva), poseía información sensible sobre movimientos de tropas y munición almacenada en una memoria informática portátil.

Tras divulgarse el pasado 5 de noviembre la decisión del jurado, un portavoz del Ministerio de Defensa comentó: "Hemos tomado nota del veredicto judicial en este caso. Según el procedimiento normal, el Ejército despedirá al cabo James del Ejército Territorial".