El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a cuatro individuos búlgaros y a seis rumanos, acusados de falsificar y distribuir 403.570 euros en lo que se trata del mayor alijo de moneda falsa detectado hasta ahora en Europa y que iban a introducir en el mercado antes de 48 horas, informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Los arrestados eran "muy peligrosos" pues, cuando el 23 del pasado mes de agosto, los agentes procedieron a la detención de los presuntos "pasadores" mediante la "Operación Danubio", trataron de "arrollar" a varios funcionarios.

Las investigaciones, que comenzaron en febrero cuando el Grupo XVI de la Brigada de Policía Judicial detectó un incremento "del 200 por cien" en el número de billetes de 200 euros en circulación, concluyeron que las falsificaciones, de "extrema calidad", se habían extendido por ya por toda Europa. Tras averiguar la identidad de varios de los "pasadores" de moneda, de nacionalidad rumana, la Policía pudo llegar hasta la cúpula de la organización, que fabricaba los billetes en Bulgaria y acababa de introducir en España 400.000 euros -casi todos en billetes de 200 euros-, que llegaron escondidos en "zulos" preparados al efecto en "varios vehículos".

Un portavoz de la Policía Nacional destacó la gran calidad de los billetes falsos, impresos en offset con un holograma perfectamente visible y tintas ópticas que variaban según la intensidad de la luz como los legítimos, algo que los hacía "prácticamente indetectables". "Ningún comercio y casi ningún banco dispone de sistemas para poder determinar la falsedad de estos billetes", aseguró el portavoz, quien explicó que, a medida que pasa el tiempo, el papel del alijo va perdiendo calidad, por lo que es algo más sencillo distinguirlos.

También han sido intervenidos 2.000 euros en billetes de 500, 50, 100 y 200 euros con una impresión de menor calidad, así como 17.160 euros de curso legal, una pistola de fogueo y tres relojes de gama alta, valorados en 21.000 euros, que fueron robados en una joyería de Málaga. Apuntó además que el "correo", persona encargada de traer los billetes desde Bulgaria, cobraba por adelantado y gozaba de la confianza de los fabricantes de la organización.

Los encargados de distribuir los billetes -que eran de nacionalidad rumana- actuaban sobre todo en estancos, tiendas de alimentación o farmacias, y pagaban a la cúpula de falsificadores unos 70 euros por cada billete. Los pasadores del nivel más bajo cobraban una comisión de unos diez euros por cada billete cambiado por moneda legítima. Casi todos los detenidos, que están ingresados en prisión, tenían antecedentes, la mayoría relacionados con delitos contra la propiedad.

Dimitar J.K., búlgaro de 39 años, quien había estado detenido en ocho ocasiones por hurto y robos con fuerza con varias identidades, también fue acusado del homicidio de una mujer en Barcelona en 1994. Entre los detenidos de nacionalidad búlgara, acusados de falsificación, también se encuentran Ivan M.Y., de 40 años; Georgi V.V., de 50 años, y Tocho T.B., de 54, quienes vivían en las localidades madrileñas de Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares y tenían permiso de residencia.

Días después, fueron detenidos, acusados de "pasar" los billetes falsos, los ciudadanos rumanos Iulian Mihaita C., de 28 años y Mugurel F., de 25, residentes en Torrejón de Ardoz, así como Puiu Gabriel G. y Loredana Mihaela A., ambos de 30 años, que habitaban en Coslada y poseían el Número de Identificación de Extranjeros.