Santiago Ambel Posada confirmó ayer la alternativa. Con un lote sin opciones de lucimiento, el de Badajoz dibujó en algunos momentos el toreo y plasmó su buen concepto del mismo. Por lo demás, la tarde fue de las que salen muchas en mayo en Madrid, de impermeable y paraguas, desapacible en extremo.

Ambel Posada tuvo la mala suerte de que fue devuelto el toro previsto para la ceremonia. Tuvo muy buen tranco de salida y tomaba muy bien un capote, lo que hizo posible un precioso recibo a la verónica, pues los lances fueron mecidos y sentidos. Confirmó Ambel con un toro cinqueño de La Palmosilla, con cara de viejo, noble pero muy soso. Lo intentó por ambos pitones pero se quedaba muy corto. El sexto, bravucón, fue aún peor; muy mirón por el pitón derecho y se acostaba por el izquierdo. Quiso llevarlo por ambas manos y estuvo digno el diestro extremeño.

Los dos toreros franceses, Juan Bautista y Sebastián Castella, tuvieron otras posibilidades. El primero de Juan Bautista no humillaba y fue muy deslucido. Sin embargo el cuarto fue el toro de la corrida: fijo, con recorrido y repetidor. Bajo el diluvio le torero le corrió muy bien la mano, para lograr series bien concebidas y rematadas por ambos pitones, especialmente una al natural.

El primero de Castella necesitaba sobre todo suavidad. No hubo acople y la faena se vino a menos. El quinto fue una prenda por el pitón derecho y cogió de mala manera al diestro. Después la faena fue de las épicas por el pitón izquierdo, con mucha decisión y emoción, con poco reposo, que no podía haber. Paseó, como Juan Bautista, una oreja, premio al valor y la decisión.

GANADERIA: 3 toros de El Puerto de San Lorenzo, 1 de La Ventana del Puerto, 1 de La Palmosilla y 1 de Martelilla. Bien presentados, dieron mal juego con matices, excepto el buen cuarto..