El presunto jefe de la red de delincuencia desmantelada por los Mossos es Cercel Gheorghe, que presidía la Asociación Gitano Rumana Tandarei. Georghe es uno de los patriarcas de ese colectivo en Barcelona y actuaba como mediador de conflictos. En el 2004, como presidente de esa asociación, Gheorghe pedía ayudas públicas para acabar con la mendicidad. "Si quieren que las mujeres dejen de mendigar deben darles dinero", decía.

Las investigaciones han demostrado que Gheorghe era el que recibía a las familias cuando llegaban de Rumanía y les informaba de cómo conseguir pisos e ingresos. Al poco de contactar con él, los menores de esas familias empezaban a delinquir. De hecho, Gheorghe ha ido a buscar a la fiscalía niños que no son hijos suyos.

Al igual que Gheorghe, el resto de detenidos en la operación Bucarest son rumanos de etnia gitana procedentes de la región de Tandarei, en el este del país. En septiembre de 2005, la Generalitat señaló que había elaborado un censo de unas 2.000 personas procedentes de esa zona. La mayoría residen en Barcelona y Badalona.