El transbordador Discovery inició ayer el camino de vuelta a la Tierra y su tripulación se prepara para la peligrosa reingreso en la atmósfera, en la que se pondrán a prueba las reparaciones de la nave realizadas en el espacio.

La jornada de trabajo de los siete astronautas ayer se produjo de madrugada, cuando desengancharon la nave de la Estación Espacial Internacional, una operación que se realizó sin ningún contratiempo.

Tras ella, el transbordador inició su periplo de dos días rumbo a casa y los astronautas pasaron descansando la mayoría del día de ayer, sábado, una vez completados los arreglos en el exterior de la nave para su reingreso en la atmósfera.

Las escotillas se cerraron a las 5.14 horas GMT y el Discovery se separó de la Estación Alfa a las 7.24 horas GMT.

El piloto Jim Kelly dio una vuelta de despedida alrededor de la Estación a unos 400 metros de distancia y después encendió los motores para dirigir al transbordador a la órbita que le llevará a tocar tierra el lunes a las 8.45 horas GMT.

Por ahora, las condiciones atmosféricas parecen adecuadas para el aterrizaje en Florida a esa hora, que el Discovery alcanzará en su vuelta número 201 alrededor de la Tierra tras abandonar la Estación Alfa .

UN EXITO La NASA considera el viaje un éxito, pues el Discovery ha logrado llevar suministros a la Estación Alfa , retirar la basura y probar las técnicas de reparaciones en el espacio desarrolladas tras el desafortunado desastre del Columbia .

Pero ese accidente, en el que perdieron la vida sus siete tripulantes en 2003, ha sido un fantasma que ha estado presente durante toda la misión.

El lanzamiento del Discovery estaba diseñado para representar el retorno seguro al espacio del ser humano desde suelo estadounidense.

Durante el despegue, las nuevas cámaras instaladas en la nave mostraron el desprendimiento de un pedazo de 400 gramos de la espuma de aislamiento del tanque de combustible del cohete propulsor, que no impactó contra la nave.

Este incidente es similar al que causó la tragedia del Columbia . Entonces trozos de espuma rasgados del tanque de combustible sí chocaron contra la cubierta aislante del ala izquierda de la nave y abrieron fisuras en el escudo de protección térmica, por las que entraron gases muy calientes que desintegraron el Columbia a su regreso a la Tierra.

La Agencia Espacial investiga actualmente cómo se pudo repetir el mismo problema después de haber gastado unos 1.400 millones de dólares durante los últimos dos años y medio para intentar corregirlo.