Javier Salmeán es jefe de Ginecología y Obstetricia del Severo Ochoa. Además, este insigne cirujano es propietario de Doctor Dino, uno de los mejores caballos del mundo, que el próximo sábado correrá la Dubai Sheema Classic, premiada con dos millones de euros.

--Para que se haga cargo del tipo de entrevista: cuénteme cómo se convierte en uno de los propietarios de caballos más envidiados del mundo al poseer a Doctor Dino.

--No soy un propietario típico. No pertenezco a la aristocracia, ni soy rico, ni formo parte de ningún grupo de acaudalados que invierte en el turf. Mi afición a los caballos se genera como una manera de estructurar mi ocio. Como decía Virginia Woolf, todo el mundo ha de tener una "habitación propia" para aislarse. Todo el mundo ha de tener un pequeño espacio para soñar, un sueño. El mío es ese caballito.

--¿Y qué le permite ese caballito?

--Desconectar de la derechona que lideran Esperanza Aguirre y Manuel Lamela, olvidar la vergonzosa persecución que sufre el grupo de mi amigo, Luis Montes. También me permite tomar aire para distanciarme de los casos más duros de la cirujía oncológica que practico.

--Doctor Dino como terapia.

--Pues, sí, Doctor Dino también está vinculado a este tema. Porque la derechona se inventó el caso de las sedaciones para lanzarse contra la gente más honesta del mundo, médicos extraordinarios que se han dedicado toda la vida a la medicina pública, extraordinarios doctores a los que consideran unos apestosos.

--Perdón, ¿ha dicho apestosos?

--Sí, sí, Lamela se lanzó contra el equipo de Montes pensando "venga, vamos a putear a estos rojos de mierda", que, encima, ni son triunfadores, porque no han ganado un duro, ni tienen apoyos. Y los atropellaron así, sin más. Yo, por suerte, me he ganado una cierta independencia económica y pude hacerles frente. Por eso, a medida que la situación empeoraba, yo miraba a Montes y le decía: "Tranquilo, Luis, que tenemos un caballo en París". Lo ve, la habitación de Woolf, el refugio, el sueño, la ilusión, nuestro caballito volador.

--Y, ahora, tras ganar en los tribunales, quiere ganar en Dubai.

--Pretendo disfrutar de mi sueño. Doctor Dino, que nos costó 38.000 euros en el 2002 y al que ahora intentan comprar por dos millones, pero al que yo no vendo porque sé que todavía tiene mucho dinero en el cuerpo, partirá entre los favoritos. Viene de ganar, en diciembre, en Hong Kong a los mejores y, claro, puede que tenga un gran día y gane.

--Y, entonces, lo venderá.

--Y dale con venderlo. No estoy en esto para hacer negocio. La moda es que un caballo con púrpura, es decir, con pedigrí, sea retirado como semental en cuanto gana tres o cuatro carreras. Se convierte en invicto y pasa a cobrar fortunas por cada cubrición. Los dueños temen que se les lesione y no pueda procrear. Tenga en cuenta que los campeones son de cristal porque, para que sean veloces, has de primar las líneas más rápidas, pero más frágiles, en detrimento de la robustez del animal.