Algo menos histriónicos que los personajes de la película de Federico Fellini, pero casi igual de hedonistas. Tom Cruise y Penélope Cruz viven estos días su particular dolce vita por las calles de Roma, donde la actriz rueda la película No te muevas. El protagonista de Misión imposible se presentó en plan visita sorpresa el domingo en el céntrico hotel en el que se hospeda su novia y, desde entonces, la pareja no deja de visitar trattorias y locales de moda de la capital italiana.

Cruz sigue la estela de su admirada Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma, pero ella no se desliza sobre el asfalto en una modesta motocicleta, sino en el refrigerado interior de una limusina, abrazada a su poderoso novio (foto). Tanto se han prodigado las dos estrellas, que un portal italiano de internet publicó ayer que Pe le ha pedido a Cruise que la lleve al altar y que éste le ha dicho que nones.

"La huella del amor que un día sintió el actor por Nicole Kidman es aún demasiado grande para él", afirma la web Tgcom. Lo cierto es que la española atraviesa un momento difícil tras la muerte de su abuela el pasado día 18, y Tom ha querido estar con ella. Desde la llegada de su chico, Penélope sigue un tratamiento intensivo a base de amor y pizza junto a uno de los hombres más deseados del planeta Hollywood.

En realidad, Cruise no hace más que devolverle a su novia las atenciones y mimos que él recibió durante los cinco meses que pasó trabajando en Nueva Zelanda. Pero los baños de flases que la pareja se da por las calles de Roma no tienen nada que ver con la tranquilidad de una finca amurallada en las Antípodas.