Los príncipes de Asturias presiden en la Catedral de Santiago de Compostela un emotivo funeral por las 79 víctimas mortales del descarrilamiento del tren acompañados por los presidentes de los gobiernos central y gallego, representantes de todas las administraciones, familiares y vecinos del barrio de Angrois.

Además del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijóo, a la ceremonia oficiada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, acuden también la infanta Elena, los ministros Ana Pastor y Alberto Ruiz-Gallardón, los presidentes del Congreso, Jesús Posada, el Senado, Pío García-Escudero y varias comunidades autónomas y representantes de los principales partidos políticos.

Seguimiento multitudinario

Centenares de fieles siguen el oficio religioso desde el interior del templo y también a través de una pantalla gigante instalada en la plaza de la Quintana sobre el escenario que inicialmente se habilitó para celebrar las fiestas de Santiago Apóstol, suspendidas por el accidente ocurrido el miércoles día 24 en las proximidades de la capital gallega.

Las campanas de la catedral empezaron tocar a muerto desde la seis de la tarde, una hora antes del comienzo del funeral oficial, y han acompañado la entrada de cientos de personas a la catedral en una cola que se formó sobre las cinco y media de la tarde y que discurría desde la plaza del Obradoiro a la de Platerías.

"En el corazón"

El arzobispo Julián Barrio ha asegurado a las familias de las víctimas del accidente ferroviario que Galicia y España les "llevan en el corazón" desde entonces.

"Al Santo Apóstol Santiago y a nuestra madre la Virgen María les pedimos que hayan peregrinado con las víctimas hasta el Pórtico de la Gloria celestial", ha añadido.