TDton Benito me pone. Don Benito tiene tres calles seguidas que unen su parque más señero con su plaza fundamental. Las calles se llaman avenida de la Constitución, Ramón y Cajal y Groizard, pero en realidad son tres en una. En ese tramo se condensa la mayor concentración de franquicias de Europa. "Es que aquí compra media provincia de Badajoz", me decían y es cierto. ¡Qué enjambre adolescente, qué pubescencia frenética, qué nubilidad incesante! Amichi, Rigoletto, Chic, La Fábrica, Los Telares, Los Tejanos... Mamás con hija, papás desesperados, muchachas con muchachas... Y Stradivarius, y Décimas, y NYC Sport, y Precchio, y Next, y Springfield, y Kiddy´s Class... Compra aquí, compra allá... Tara, Tribune, Arco, Bodybell, Underwear, Sektor, Benetton...

Corría el dinero sin freno y la realidad confirmaba la estadística: Don Benito es la ciudad extremeña que más creció en 2003. Sin embargo, en Don Benito se nota cierta frustración porque falta Zara. El runrún ciudadano se excita en cuanto alguien sabe algo de la franquicia gallega. "Pues parece ser que le han pedido local a González y Paz ... Pues le quieren comprar la casa a una amiga mía". Del show de franquicias me quedo con dos tiendas significativas: la boutique Chic de los ricos, donde se compran los Adolfo Domínguez y los Caramelo de temporada a 200 euros y la boutique Chic de los pobres, donde se compran las creaciones de la temporada pasada a 30 euros. ¡Ah! Y lo más ideal de la muerte: una tienda Burberry´s sólo para niños.

*Periodista