El último informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) constata que el acuífero que nutre el parque natural de Doñana (en Huelva) sigue "en alerta roja" y que la situación es "insostenible" con el ritmo actual de captaciones de agua para uso agrícola. En plena celebración del 50 cumpleaños del parque, tres de las cinco masas de aguas subterráneas en las que se divide están en situación extrema y con los trámites ya iniciados para declarar su sobreexplotación, y de los 16 sectores en los que se subdivide hay once en mal estado. Para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), el informe supone el reconocimiento del fracaso de los planes adoptados en los últimos años, pero también una luz al final del túnel, dado que concede que el cierre de pozos e incluso de fincas legales ha permitido reactivar una de esas zonas.

La masa de agua que nutre el espacio natural lleva en la UVI desde hace unos años, pero la tendencia se ha agravado en los últimos tiempos. En informes precedentes, la CHG ya aseveró que "el actual grado y modo de explotación del acuífero comprometería su buen estado y el de los ecosistemas terrestres dependientes". Con independencia de las lluvias, ya que al menos el 56% de los sectores están en peor situación de la que cabía esperar teniendo en cuenta las precipitaciones registradas. "En la sequía de los 90 nos bebimos el acuífero y ahora la insostenibilidad del sistema impide que se vuelva a llenar llueva lo que llueva", explican gráficamente desde WWF.

SOBREEXPLOTADAS TRES MASAS DE AGUA

El desequilibrio radica en que las grandes extracciones para regadío superan los recursos disponibles, de ahí que la CHG mueva ficha y esté en trámites de declarar sobreexplotadas las tres masas de agua en peor estado, la medida de mayor gravedad que contempla la ley. En una de ellas, Marismas, las 154 captaciones de aguas con derecho de regadío suponen un consumo de 28,7 hectómetros cúbicos al año, "un índice de explotación del 106,2%". Es decir, se rebasan los recursos disponibles. E incluso desde el 2016 han surgido 179 hectáreas nuevas de regadío, con un consumo cercano al hectómetro cúbico.

Para Juanjo Carmona, portavoz de WWF en Doñana, este último informe de la CHG supone "un antes y un después" en la actitud del Gobierno, ya que "se asume claramente que el Plan Hidrológico no ha servido para frenar el declive del acuífero". "No han querido reconocer que había un problema que necesitaba medidas excepcionales, se quería solucionar con otro tipo de medidas y ha llegado un momento en que esto no sirve".

De hecho, la CHG reconoce la "insuficiencia" de esas actuaciones: se prolongaron hasta el 2022 al no recuperar el nivel adecuado de los arroyos en el 2015, y ahora se prevé que tampoco se logren en el 2022. El nuevo horizonte para revertir la situación, señala el informe, se sitúa ahora en el 2027. El documento, no obstante, arroja algo de luz sobre las posibles soluciones. Los Mimbrales, la parcela cuyos derechos de regadío compró el Gobierno central en el 2015 para que el agua siguiera en el subsuelo, es la única zona donde se aprecia mejoría, con niveles hídricos por encima de las lluvias registradas. "Esto demuestra, como reclama WWF desde hace años, que el cierre de todos los pozos ilegales e incluso de algunos legales supondría una mejora del acuífero sin lugar a dudas", añade Carmona.