El delegado contra la violencia machista, Miguel Lorente, alertaba el pasado lunes de que en Semana Santa, al igual que en otras épocas vacacionales, los conflictos familiares pueden encresparse de tal forma que aumenten las agresiones machistas. Desgraciadamente no se equivocó. Durante el pasado fin de semana dos mujeres fueron asesinadas en Valladolid y Burgos por sus parejas --que luego se suicidaron--, lo que eleva a 15 el número de fallecidas en lo que va de año, cuatro más que en el 2009.

El sábado la policía encontró en una vivienda de Valladolid los cadáveres de una mujer de 53 años natural de Argentina, con heridas en el cuello, y de un hombre de 59 años, que apareció rodeado de medicamentos.

Además ayer trascendió que un hombre de 60 años apuñaló el domingo a su esposa, de 55 años, antes de suicidarse con la misma arma, en el domicilio que ambos compartían en Burgos.

LA CONDENA La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, tras condenar los asesinatos, insistió en la importancia de que las mujeres o su entorno denuncien el mínimo signo de violencia. "Hay un sistema de protección al servicio de las mujeres, pero obviamente se necesitan saber que están siendo víctimas de malos tratos", señaló.

En respuesta a las declaraciones del juez de familia de Sevilla Francisco Serrano, que ha manifestado que las denuncias falsas de mujeres están provocando un "genocidio" entre los hombres, Aído recordó que, de las 15 fallecidas este año, solo dos habían presentado denuncia.