Cataluña sufrió ayer tarde las consecuencias del extremo riesgo de incendios en Caldes de Malavella (Girona) y diversos municipios del Bages (Barcelona), donde se declararon dos fuegos que quemaron un centenar de hectáreas de vegetación, según informaron los Bomberos de la Generalitat.

El primero se declaró hacia las 15.09 a la altura del Lago del Cisne. El frente de las llamas saltaron al otro lado de la carretera comarcal GI-673. Seguidamente, se fue extendiendo de forma paralela a la N-II, desde donde se iniciaron focos secundarios y el fuego llegó a campos de cultivo sin labrar. Los Bomberos tuvieron que hacer pequeñas quemas controladas para que las llamas no avanzaran, algo que junto a los medios aéreos, sirvió para estabilizarlo.

Hasta 60 dotaciones terrestres y 15 medios aéreos de los Bomberos de la Generalitat trabajaron en las labores de extinción y, tras algo más de tres horas, hacia las 18.35 horas, consiguieron estabilizarlo.

El incendio quemó un total de 83 hectáreas, según los Agentes Rurales, la mayoría de superficie forestal (80%), superficie agrícola (15%) y sol urbano e infraestructuras (5%).