No se encontraban en la fase terminal de una enfermedad incurable, pero lograron la autorización para beneficiarse de la muerte asistida prevista en la legislación belga sobre eutanasia. Marc y Eddy, dos hermanos gemelos monocigóticos (gemelos idénticos), de 45 años, sordos de nacimiento y que estaban quedándose ciegos desde hacía años, se despidieron voluntariamente de la vida el 14 de diciembre en el hospital universitario de Jette (Bruselas) ante la "insoportable" perspectiva de quedar ciegos, incapacitados y "sin posibilidad de vida autónoma".

Tras un año de procedimiento, obtuvieron la autorización para beneficiarse de la muerte asistida mediante una inyección letal. Los dos hermanos, zapateros de profesión, siempre habían vivido juntos y dependían cada vez más de sus padres en su vida cotidiana debido a su imparable ceguera.

Ambos tomaron la decisión "en pleno conciencia" de morir juntos ante la "clara degradación de su estado de salud", aseguró su médico, David Dufour, en declaraciones a la cadena televisiva belga RTL-TVI. Aunque no se trataba del caso habitual de fase terminal de una enfermedad incurable y dolorosa, los dos gemelos "reunían los requisitos establecidos en la legislación", precisó Jacquelline Herremans, de la comisión belga de la eutanasia. La legislación belga no se limita solo a los casos de sufrimientos físicos, sino también abarca el "sufrimiento de orden psíquico", precisó Herremans.

"Hubo una demanda clara, reiterada, voluntaria y reflexionada" de ambos para poder acogerse a la ley de eutanasia, explicó Herremans. "A pesar de que pueda chocar" el hecho de que se tratara de dos personas jóvenes, sin que sus vidas corrieran peligro, se trata de un "caso muy particular", insistió Herremans. "Estaban afectados por una enfermedad grave e incurable", porque se estaban quedando "totalmente ciegos de forma irreversible".

PROBEMAS PSIQUICOS El sufrimiento, en este caso, era de orden psíquico, al quedar privados de autonomía y condenados a una vida de dependencia, añadió Herremans. Para garantizar que se adoptaban todas las precauciones necesarias, Marc y Eddy tuvieron que someterse al examen de dos médicos independientes ajenos a su entorno, que acabaron respaldando su demanda.

Cuando obtuvieron la autorización los dos hermanos se sintieron "muy felices", porque "habían encontrado una fecha que ponía fin a su sufrimiento", explicó su médico. El último día de sus vidas, los dos hermanos "llegaron al hospital de manera tranquila", prosiguió el doctor Dufour. "Aún bebieron una taza de café al llegar al vestíbulo y mantuvieron una conversación con el capellán. Después la despedida de sus padres y de su hermano fue muy bella y serena. Aún hicieron un pequeño signo de despedida con la mano y ya está, se habían ido", precisó.

Bélgica fue el segundo país del mundo en legalizar la eutanasia, en mayo del 2002, tras Holanda. Durante el 2011, 1.133 personas ejercieron este derecho.