Dos padres de familia, cuyo único punto en común eran los problemas conyugales y la ciudadanía francesa, cometieron en solo unas horas de intervalo la misma atrocidad: matar cada uno a sus tres hijos y luego se suicidaron.

Los parricidios se produjeron cerca de Grenoble, en el sureste de Francia, y en el norte, cerca de Lille. El primero fue descubierto ayer por la mañana cuando la madre de tres niños, de edades comprendidas entre los 6 y los 16 años, encontró los cuerpos sin vida de sus hijos y de su marido en el domicilio familiar. Según informa France Press, todos los indicios apuntan a que el hombre, de 43 años, se había ahorcado tras matar a sus hijos. Su esposa se encontró el terrible panorama al regresar a su casa tras pasar la noche fuera y mantener una fuerte discusión, el lunes, con su pareja.

Un drama similar salió a la luz el lunes en el norte de Francia. Un hombre de 37 años, en trámites de divorcio, mató a sus tres hijos antes de colgarse en su domicilio de Tourcoing. Los cuerpos de los dos niños, de 9 y 6 años, y de la niña, de 4 años, presentaban heridas de cuchillo.

El triple homicida debía afrontar hoy un juicio por agredir sexualmente a su esposa en mayo del 2004. Pese a tener esta causa pendiente, el padre de familia tenía la custodia de sus hijos regularmente los fines de semana. Era un acuerdo amistoso.