Jéssica Adriana y María Belén llevan tres meses sin hacerse más fotografías que la ficha policial con la que ingresaron en la cárcel Wad-Ras de Barcelona. Estas dos modelos argentinas de 19 y 21 años viajaban a Barcelona el 29 de octubre para posar en varios trabajos publicitarios cuando fueron detenidas por la Guardia Civil en el aeropuerto de El Prat con cerca de 16 kilos de cocaína ocultos en un doble fondo de las maletas de su representante, Alejandro Panno. El suceso las ha elevado casi a la categoría de estrellas mediáticas en su país, en una especie de versión suramericana de la gallega de Cancún.

Las chicas claman por su inocencia. Su letrado, Pablo Mandirola, ultimaba ayer un recurso contra la última decisión de la Audiencia de Barcelona de mantener a las jóvenes en prisión provisional hasta la celebración del juicio. No obstante, a diferencia de la española detenida en México, Jéssica y Belén no han conseguido despertar la solidaridad de los bonaerenses ni la implicación del personal del consulado de Argentina en Barcelona.

La espectacularidad de los cuerpos de las dos mujeres ha empequeñecido durante estos tres mes de obligado encierro. Las dos chicas comparten una de las celdas dormitorio de la cárcel con otras cuatro internas y participan en varias actividades, como recibir clases de catalán. No destacan en nada. Andan siempre juntas y evitan los líos.

Fotos en Manresa Jéssica ya viajó a Barcelona en septiembre para participar en una sesión de fotos que se hizo en Manresa para el dominical de un diario. Ganó dinero y no dudó en repetir la experiencia. Esta vez, la acompañó Belén. Alejandro Panno, también encarcelado, ha negado reiteradamente, ante los agentes y ante la juez, cualquier participación de las jóvenes, pero la titular de juzgado número 4 de El Prat, Ana Isabel Collado Márquez, no lo entiende así.

En su auto de procesamiento, la magistrada sostiene que los tres acusados de tráfico de drogas llegaron juntos a Barcelona, en un vuelo de la compañía Air Madrid procedentes de Buenos Aires y que hizo escala en La Palma de Gran Canaria. Y no pasa por alto que las seis maletas, cuatro de manager y dos de las modelos, estaban facturadas a nombre de Belén. "Fue una simplicidad burocrática", insiste el letrado. A Belén y Jéssica les espera, si no hay cambios, otros seis meses de cárcel hasta el juicio. Sus familias, angustiadas, intentan reunir dinero para poder visitarlas.