Dos personas han resultado muertas, una de ellas un niño, y otras 40 heridas, al descarrilar hoy un tren ligero en el norte de Portugal, según informó la Autoridad Nacional de la Protección Civil. Diez de los heridos, que permanecen ingresados en el Hospital de Vila Real, se encuentran en estado "grave", según las mismas fuentes.

Uno de los fallecidos es una mujer portuguesa, de 47 años, que murió al quedar atrapada entre el tren y la ladera de una colina. La segunda víctima se trata de un niño que falleció tras ser ingresado en el hospital de Vila Real, según dijo el gobernador civil de Braganza, Jorge Gomes.

Un total de 47 personas viajaban en ese tren, que realizaba el trayecto regular entre las localidades de Mirandela y Túa, cercanas a la frontera con Galicia. Varios de los afectados fueron trasladados hasta un centro que coordina las operaciones, instalado en la localidad de Carrazeda de Ansiaes, donde son atendidos por médicos y asistentes de los servicios de emergencia (INEM), dijo una fuente de los Bomberos voluntarios de esa villa.

El alcalde de Mirandela, José Silvano, explicó que "el maquinista había sentido una explosión en la parte delantera en el momento que se produjo el descarrilamiento", pero no pudo precisar si la misma había sido en la línea férrea, o en el propio tren. Sin embargo, el director de comunicación de los Ferrocarriles de Portugal (CP), Carlos Madeira, dijo al canal de televisión "SIC Noticias" que todavía no existe información acerca de las causas del descarrilamiento.

Un responsable de los ferrocarriles precisó que el coche descarriló hacia la ladera de la colina y no cayó al río, lo que hubiera incrementado aún más la gravedad del accidente. La línea entre Mirandela y Túa, de 60 kilómetros de extensión, bordea un río y los viñedos de la región del Duero, por lo que es muy apreciada para recorrido de los turistas.

Este es el tercer accidente ocurrido este año en esa línea férrea, aunque en los dos anteriores, en junio y abril, sólo hubo varios heridos leves. El accidente más grave se produjo en febrero de 2007, cuando un tren que hacía este mismo recorrido cayó al río, desde una altura de 60 metros, lo que causó la muerte a tres personas y la línea estuvo cerrada casi un año.