Dos personas fallecidas y siete heridos de diversa consideración. Ese ha sido el balance del descarrilamiento del tren Alvia registrado ayer en las inmediaciones de la base de La Hiniesta. El suceso se produjo a las 16.11 horas, cuando la máquina chocó contra un vehículo todoterreno que previamente se había precipitado desde el paso elevado situado en la carretera ZA-P-1405. Fruto del impacto, la locomotora quebró y se quedó detenida en el sentido contrario de la marcha, mientras que el resto de vagones sufrieron la salida de los raíles, sin llegar a volcar en ningún momento. El conductor del coche, de 89 años de edad, murió en el acto, mientras que minutos después lo hacía uno de los dos maquinistas que cubrían el trayecto. Estaba de prácticas y tenía 32 años.

Las circunstancias que envuelven el suceso continúan bajo investigación. Según aportan diferentes fuentes, el vehículo causante del accidente se habría precipitado por el paso elevado sobre la vía un tiempo prudencial antes de que se produjera el choque. De acuerdo con los datos proporcionados por Adif, el todoterreno «se quedó parado en el guardarraíl, cayó a la vía férrea y fue arrollado al paso del tren». En ese tramo, según ha confirmado Renfe, el tren viajaba a 115 kilómetros por hora. A esa velocidad, la locomotora «se dobló por completo», como así apuntó sobre el terreno Javier Izquierdo, delegado del Gobierno en Castilla y León que quiso acudir al lugar del siniestro para interesarse por sus causas.

La locomotora fue la que se llevó la peor parte del impacto y sus ocupantes tuvieron que ser excarcelados por los bomberos de Zamora. En la colisión resultaron heridos el maquinista titular y el maquinista en prácticas, siendo ambos atendidos en el lugar de los hechos. Este último fallecía minutos después a pesar de los intentos de reanimación por parte de los equipos médicos. El titular, por su parte, fue trasladado en ambulancia al hospital Virgen de la Concha y trasladado posteriormente a Salamanca en estado grave.

El resto del pasaje, hasta 158 viajeros según la información proporcionada por Renfe, fue evacuado de sus vagones y puesto a salvo junto a la base de La Hiniesta. Tan solo hubo que atender a seis de ellos, todos por incidencias relacionadas con «latigazos cervicales y cuadros de ansiedad».

Pocos minutos después de la colisión, la base de La Hiniesta se convirtió en un importante centro de operaciones con despliegue de sanitarios de Sacyl y Cruz Roja, Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Municipal, bomberos y Protección Civil. Los equipos médicos atendieron sobre el terreno a los pocos pasajeros que presentaban quejas. Igualmente, hasta el lugar de los hechos se desplazaron el subdelegado del Gobierno, Ángel Blanco; la delegada territorial de la Junta, Clara San Damián; y el presidente de la Diputación Provincial, Francisco José Requejo.

El delegado del Gobierno en la Junta, Javier Izquierdo, hizo lo propio y desde allí quiso mandar un mensaje de ánimo a las familias de los fallecidos. Una disposición compartida posteriormente por el ministro de Fomento, José Luis Ábalos.