El biólogo español Ginés Morata y su colega británico Peter Lawrence lograron ayer el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2007 por su importante contribución al estudio del envejecimiento de los seres vivos y al de las alteraciones genéticas vinculadas al cáncer. Los dos científicos han contado con el aval de 10 premios Nobel, que han remitido al jurado cartas de apoyo ensalzando los méritos de ambos en el campo de la biología del desarrollo. Su candidatura también fue respaldada por John Sulston y Juan Ignacio Cirac, que lo ganaron en el 2001 y el 2006, respectivamente.

El acta del jurado, que ha concedido el galardón por unanimidad, señala que los descubrimientos hechos en Madrid y Cambridge desde que iniciaron su colaboración tendrán una "importante repercusión para la medicina futura". Sus trabajos han proporcionado información sobre la regeneración de órganos y tejidos y sobre la muerte celular programada, "esenciales para abordar cuestiones como el envejecimiento y el cáncer".

Tras conocer el fallo, Morata, de 62 años y natural de Rioja (Almería), se confesó "fascinado" por su trabajo de descubrir por qué las células tumorales progresan y eliminan a las sanas, aunque matizó que con ello no se va a curar "ni muchísimo menos" el cáncer en humanos.

ESTIMULAR A LOS JOVENES El científico explicó que sus investigaciones se centran en la mosca del vinagre porque "entre el 60% y el 70% de sus genes son comunes a los humanos", de modo que "se puede estudiar la biología humana estudiando el insecto y sacar las correspondientes conclusiones".

Por su parte, Lawrence, que el sábado cumplirá 63 años, aseguró que este tipo de premios pueden contribuir a estimular a los jóvenes científicos. "Es importante que a la gente joven se le recuerde cuál es el propósito de la ciencia. No se trata solo de publicar cosas en los periódicos o de convertirse en alguien famoso. Se trata de investigar la naturaleza", dijo.

La candidatura se impuso a las de la microbióloga Rita Colwell, el científico James Lovelock y al químico Alexandre Varshavsky. El Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres también aspiraba al premio.